Albóndigas de Calabacín con Parmesano: Una Delicia Ligera y Sabrosa

Las albóndigas de calabacín con parmesano son una opción deliciosa y saludable para quienes buscan una alternativa ligera a las tradicionales albóndigas de carne. Esta receta, rica en sabor y textura, es perfecta para aquellos que desean disfrutar de una comida nutritiva sin sacrificar el placer de un buen plato. El calabacín, un vegetal versátil y bajo en calorías, se convierte en el protagonista de esta receta, ofreciendo un sabor suave que se combina a la perfección con el intenso sabor del parmesano y la suavidad de la mozzarella.

Ingredientes:

• 1 calabacín grande
• 1 cebolla
• 70 g de parmesano
• 70 g de pan rallado
• 1 huevo
• Sal al gusto
• Pimienta según sea necesario
• Aceite al gusto
• Mozzarella al gusto

Preparación:

1. Comienza rallando el calabacín. Asegúrate de exprimirlo bien para eliminar el exceso de agua, ya que esto ayudará a que las albóndigas mantengan su forma y no se deshagan durante la cocción.
2. Una vez que el calabacín esté bien escurrido, colócalo en un bol grande. Agrega la cebolla finamente picada, el parmesano rallado, el pan rallado, el huevo, la sal y la pimienta. Mezcla bien todos los ingredientes hasta obtener una masa homogénea.
3. Con la mezcla, forma pequeñas albóndigas del tamaño que prefieras. Colócalas en una bandeja para horno previamente engrasada o forrada con papel de hornear.
4. Antes de llevar las albóndigas al horno, rocía un chorrito de aceite sobre ellas. Este pequeño truco ayudará a que queden doradas y crujientes por fuera, mientras se mantienen tiernas por dentro.
5. Hornea las albóndigas a 180°C durante unos 20 minutos, o hasta que estén doradas y cocidas por completo.

Dica Bonus: Para darle un toque extra de sabor y textura, puedes añadir un cubito de mozzarella en el centro de cada albóndiga antes de hornearlas. Al morderlas, te sorprenderás con un delicioso y cremoso corazón de queso fundido que elevará esta receta a otro nivel.

Conclusión: Estas albóndigas de calabacín con parmesano son una excelente manera de incorporar más verduras a tu dieta diaria, sin renunciar al placer de una comida sabrosa. Son perfectas como aperitivo, acompañamiento o incluso como plato principal, acompañadas de una ensalada fresca o un poco de pasta. Además, al ser horneadas en lugar de fritas, son una opción más ligera y saludable. ¡Anímate a prepararlas y descubre cómo una receta tan sencilla puede convertirse en un favorito de tu cocina