Descripción

La sangría casera es una bebida icónica de la cultura española, conocida por su frescura, su vibrante color y su capacidad de unir a las personas en momentos de celebración. Este cóctel de vino y frutas es perfecto para cualquier ocasión, desde una tarde de verano con amigos hasta una cena especial. La combinación de sabores cítricos, el dulzor de las frutas y el toque de vino hacen de la sangría una opción irresistible para cualquier reunión. A continuación, te presentamos una receta sencilla y deliciosa para que prepares una sangría casera que impresionará a todos tus invitados.

Ingredientes

• 1 botella de vino tinto (750 ml)
• 1 naranja
• 1 limón
• 1 manzana
• 1 melocotón
• 2 cucharadas de azúcar
• 1 rama de canela
• 1 vaso de jugo de naranja natural (200 ml)
• 1 vaso de refresco de limón o gaseosa (200 ml)
• 50 ml de licor de naranja (opcional)
• Hielo al gusto
• Hojas de menta fresca para decorar

Modo de preparación

Preparar las frutas: Lava bien la naranja, el limón, la manzana y el melocotón. Corta la naranja y el limón en rodajas finas, dejando la piel para aportar más sabor a la sangría. Pela la manzana y el melocotón y córtalos en cubos pequeños. Estas frutas serán las que infundirán su sabor al vino, aportando frescura y dulzura al cóctel.

Mezclar el vino y las frutas: En una jarra grande, vierte el vino tinto y añade las rodajas de naranja y limón, junto con los cubos de manzana y melocotón. Remueve suavemente para que las frutas se mezclen bien con el vino. Este paso es fundamental para que la sangría adquiera ese sabor frutal tan característico.

Añadir los aromáticos: Agrega las dos cucharadas de azúcar, la rama de canela y el jugo de naranja natural. Si deseas un toque más dulce y cítrico, añade también el licor de naranja. Remueve todo nuevamente para que el azúcar se disuelva por completo y los sabores comiencen a integrarse.

Dejar reposar: Cubre la jarra con una tapa o con papel film y refrigera durante al menos 2 horas. Este tiempo de reposo es crucial para que el vino absorba todos los sabores de las frutas y los aromáticos. Cuanto más tiempo repose, más intensa será la fusión de sabores. Si tienes tiempo, lo ideal es dejarla reposar toda la noche.

Añadir el toque final: Justo antes de servir, añade el refresco de limón o la gaseosa para darle un toque burbujeante y refrescante a la sangría. Remueve suavemente para no perder el gas y agrega hielo al gusto. Sirve en vasos con algunas rodajas de las frutas y decora con hojas de menta fresca.

Consejos y Conclusión

Para una versión aún más sofisticada de la sangría, puedes experimentar con diferentes tipos de vino. Un vino rosado le dará un toque más ligero y floral, mientras que un vino blanco aportará frescura y un sabor más seco. Además, prueba añadir diferentes frutas como fresas, piña o arándanos para darle un giro personal a la receta. Y si quieres un toque de burbujeante extra, sustituye la gaseosa por un poco de cava o champagne.

La sangría casera es mucho más que una simple bebida; es un símbolo de celebración, amistad y buenos momentos. Prepararla en casa te permite no solo disfrutar de una bebida deliciosa y refrescante, sino también personalizarla según tus gustos y los de tus invitados. Con esta receta, tendrás la base perfecta para crear una sangría que se convertirá en la estrella de cualquier reunión. Así que la próxima vez que busques algo especial para compartir, no dudes en preparar esta sangría. ¡Salud!