Descripción

Si estás buscando una receta que combine facilidad, rapidez y un sabor casero inigualable, las rosquillas esponjosas son la opción perfecta. Este dulce tradicional es ideal para una merienda, acompañando un café o té, o incluso como un postre ligero. Con ingredientes que seguramente tienes en tu despensa, estas rosquillas no solo son deliciosas, sino también una excelente manera de disfrutar de un momento reconfortante sin pasar horas en la cocina.

Las rosquillas esponjosas destacan por su textura suave y aireada. El secreto de su esponjosidad está en la mezcla adecuada de ingredientes simples como huevos, harina, azúcar y un toque de levadura. Además, no requieren un proceso de fermentación largo, lo que las convierte en una opción rápida y accesible para cuando se te antoja algo dulce. Ya sea que las prepares para una tarde con amigos, o simplemente para disfrutar en casa, esta receta te hará recordar esos sabores tradicionales que pasan de generación en generación.

Ingredientes

• 2 huevos grandes
• 100 gramos de azúcar
• 250 gramos de harina de trigo
• 1 cucharadita de levadura en polvo
• 100 ml de leche
• 50 ml de aceite de girasol
• Una pizca de sal
• Ralladura de un limón o una naranja (opcional)
• Aceite para freír
• Azúcar para espolvorear (opcional)

Modo de preparación

Mezcla de ingredientes húmedos: En un bol grande, bate los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla espumosa y ligeramente blanquecina. Este paso es crucial para lograr la textura esponjosa que caracteriza a estas rosquillas. Puedes añadir la ralladura de limón o naranja en este punto para darle un toque cítrico y fresco.

Incorporación de los secos: Añade la harina tamizada junto con la levadura en polvo y la pizca de sal. A medida que vayas incorporando la harina, alterna con la leche y el aceite de girasol. Mezcla hasta obtener una masa homogénea y sin grumos, pero no la trabajes demasiado, ya que esto puede hacer que las rosquillas queden densas.

Reposo de la masa: Deja reposar la masa por unos 10 minutos para que la levadura empiece a actuar y la masa se asiente. Esto contribuirá a una textura más ligera al freírlas.

Formado de las rosquillas: Con las manos ligeramente enharinadas, toma pequeñas porciones de masa y forma bolitas del tamaño de una nuez. Con el dedo, haz un agujero en el centro de cada bolita para darles la forma clásica de rosquilla.

Freír: Calienta una sartén con suficiente aceite para freír a fuego medio. Es importante que el aceite esté bien caliente, pero no tanto como para quemar las rosquillas por fuera antes de que se cocinen por dentro. Fríe las rosquillas en pequeñas tandas, dándoles la vuelta cuando estén doradas por un lado.

Escurrir y endulzar: Retira las rosquillas del aceite y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. Si lo deseas, pásalas inmediatamente por azúcar para que queden cubiertas de una capa dulce y crujiente.

Consejos y Conclusión

Para hacer que tus rosquillas tengan un sabor aún más delicioso, prueba añadir un toque de canela o cardamomo a la masa. También puedes sumergirlas en chocolate derretido una vez frías o cubrirlas con un glaseado de azúcar. Si prefieres una versión más ligera, también puedes cocinarlas al horno a 180ºC durante 15-20 minutos hasta que estén doradas, evitando así el paso de la fritura.

Las rosquillas esponjosas sencillas son la merienda perfecta para cualquier ocasión. Con su textura suave y su sabor ligeramente dulce, te conquistarán desde el primer bocado. Lo mejor de todo es que puedes hacerlas en un abrir y cerrar de ojos con ingredientes que siempre tienes a mano. Además, son muy versátiles: puedes personalizarlas con diferentes sabores y coberturas según tu gusto. Así que, la próxima vez que quieras disfrutar de algo casero y delicioso, no dudes en preparar estas rosquillas y compartirlas con quienes más quieres. ¡Buen provecho!