Descripción

Las rosquitas de queso al horno son una deliciosa opción para disfrutar en cualquier momento del día. Este clásico de la cocina casera combina la sencillez de los ingredientes con un sabor exquisito, haciendo que sean ideales tanto para un desayuno rápido, como para una merienda acompañada de una bebida caliente. Lo mejor de todo es que esta receta requiere pocos ingredientes, los cuales probablemente ya tienes en tu despensa, y su preparación es tan fácil que en pocos minutos tendrás unas rosquitas crujientes por fuera y suaves por dentro, listas para deleitar a toda la familia.

Ingredientes

• 1 taza de queso rallado (puede ser queso fresco, mozzarella o un queso suave)
• 2 tazas de harina de trigo
• 1 cucharadita de sal
• 1 cucharadita de polvo de hornear
• 100 gramos de mantequilla derretida
• 1 huevo
• 1/4 taza de leche (ajustar si es necesario)

Modo de preparación

Preparar la masa: En un bol grande, mezcla la harina, el polvo de hornear y la sal. Agrega el queso rallado y mezcla bien hasta que todo esté uniformemente distribuido. La elección del queso es clave en esta receta. Puedes optar por uno suave como mozzarella o darle un toque más fuerte con un queso semicurado o maduro.

Añadir los líquidos: Incorpora la mantequilla derretida y el huevo a la mezcla seca. Remueve con una espátula o con las manos hasta que empiece a formarse una masa. Si sientes que la masa está demasiado seca, añade la leche poco a poco hasta obtener una consistencia suave y manejable. Es importante que no sobrecargues la masa de líquidos, ya que debe mantenerse firme para poder formar las rosquitas.

Formar las rosquitas: Divide la masa en pequeñas porciones y comienza a formar cilindros de aproximadamente 10 cm de largo. Luego, une los extremos para formar las rosquitas. Colócalas sobre una bandeja para horno previamente engrasada o cubierta con papel encerado, asegurándote de dejar espacio entre cada una para que crezcan durante el horneado.

Hornear: Precalienta el horno a 180°C (350°F) y hornea las rosquitas por unos 20-25 minutos o hasta que estén doradas y crujientes. El aroma del queso derretido empezará a inundar tu cocina, una señal de que las rosquitas están casi listas.

Dejar enfriar: Una vez que estén doradas, retíralas del horno y déjalas enfriar ligeramente sobre una rejilla. Aunque es tentador probarlas calientes, es recomendable esperar unos minutos para que la textura sea la adecuada y no te quemes.

Consejos y Conclusión

Una forma de darle un toque especial a estas rosquitas de queso es variar los tipos de queso que utilizas. Por ejemplo, si te gusta un sabor más fuerte, puedes mezclar quesos como el parmesano o un cheddar añejo. Además, agregar hierbas aromáticas como el orégano o el tomillo a la masa le dará un giro mediterráneo a esta receta clásica. Para quienes disfrutan de un toque picante, una pizca de pimentón o de chile molido puede ser una excelente adición.

Las rosquitas de queso al horno son una opción versátil, rápida y deliciosa que todos pueden disfrutar. Su facilidad de preparación las convierte en el snack perfecto para compartir en reuniones, o simplemente para disfrutar de un momento de tranquilidad con una taza de café. Además, al poder jugar con diferentes tipos de queso y condimentos, puedes adaptar la receta a tus gustos personales o sorprender a tus seres queridos con variaciones creativas. No dudes en experimentar con esta receta, ya que su simplicidad es solo el comienzo de todas las posibilidades que ofrece. ¡Disfruta de cada bocado crujiente y lleno de sabor!