Descripción

El salami de pollo casero es una excelente alternativa para quienes buscan una opción saludable y deliciosa sin aditivos ni conservantes. Preparar tu propio salami en casa es más fácil de lo que parece y te permite controlar completamente los ingredientes y las especias. Perfecto para disfrutar en bocadillos, tablas de embutidos o como un aperitivo ligero, este salami de pollo te sorprenderá con su versatilidad y sabor inigualable.

Ingredientes

• 1,2 kg de muslos de pollo deshuesados y sin piel
• 15 g de sal
• 70 g de nata fría (30% de grasa)
• 1 g de ajo seco
• 1 g de pimienta negra molida
• 1 g de pimienta de Jamaica
• 1 g de cilantro
• 2 g de pimentón

Modo de preparación

Preparación del pollo:
Si los muslos no están deshuesados, retira la piel y los huesos. Corta el pollo en trozos pequeños para facilitar su procesamiento.

Tritura el pollo:
Usa una picadora o procesador de alimentos para triturar el pollo hasta obtener una consistencia suave y uniforme.

Mezcla los ingredientes:
Coloca el pollo triturado en un bol grande y añade la sal, la nata fría, el ajo, la pimienta negra, la pimienta de Jamaica, el cilantro y el pimentón. Mezcla bien hasta que todos los ingredientes estén completamente incorporados.

Forma el salami:
Coloca la mezcla de pollo en un trozo de film transparente y forma un cilindro. Asegúrate de eliminar las burbujas de aire envolviendo bien el salami y luego cúbrelo con papel de aluminio.

Cocción:
Precalienta el horno a 180°C y hornea el salami durante 60-70 minutos. También puedes cocinarlo al vapor durante el mismo tiempo.

Enfría y sirve:
Una vez cocido, deja que el salami se enfríe completamente antes de cortarlo en rodajas finas. Disfrútalo en bocadillos, ensaladas o como tentempié.

Consejos y Conclusión

Puedes experimentar con especias adicionales como tomillo, romero o una pizca de chile para personalizar aún más el sabor de tu salami de pollo. Para una versión sin lácteos, sustituye la nata por una opción vegetal.

El salami de pollo casero es una opción deliciosa y saludable, ideal para quienes buscan alternativas sin conservantes y con ingredientes naturales. Su preparación es sencilla, y el resultado final es un producto versátil y lleno de sabor que puedes disfrutar de muchas formas. Al hacerlo en casa, no solo obtienes un embutido de calidad, sino también la satisfacción de haber creado algo único. ¡Atrévete a probarlo y sorprenderte con los resultados!