Descripción

La empanada de pollo es un verdadero ícono de la cocina latina, que evoca recuerdos de reuniones familiares, almuerzos de domingo y celebraciones festivas. Originaria de diversas culturas en América Latina y España, esta deliciosa preparación ha encontrado su lugar en los corazones y mesas de millones de personas. La empanada se caracteriza por su crujiente masa dorada y su jugoso relleno de pollo, sazonado con una mezcla de especias que despiertan los sentidos.

Lo que hace que la empanada de pollo sea tan especial es su versatilidad. Puedes disfrutarla como un aperitivo, un plato principal o incluso como un snack a cualquier hora del día. Además, es una excelente manera de aprovechar las sobras de pollo que te hayan quedado de otra comida, convirtiéndola en una opción económica y creativa. Prepararla puede ser una actividad divertida en la cocina, perfecta para involucrar a la familia o a amigos, compartiendo risas y buenos momentos. Sin duda, la experiencia de hornear y comer empanadas es una celebración del arte culinario que recordarán con cariño.

Ingredientes

• Para la masa:
• 500 g de harina de trigo
• 100 g de mantequilla o margarina (fría)
• 1 huevo
• 1 cucharadita de sal
• Agua fría (cantidad necesaria)
• Para el relleno:
• 300 g de pechuga de pollo (cocida y desmenuzada)
• 1 cebolla grande (picada)
• 1 pimiento rojo (picado)
• 2 dientes de ajo (picados)
• 1 cucharadita de pimentón dulce
• Sal y pimienta al gusto
• Aceite de oliva (para sofreír)
• 1 huevo duro (opcional, picado)

Modo de preparación

Comencemos con la masa, un elemento crucial que nos dará el contraste perfecto con el relleno. En un bol grande, vierte la harina de trigo junto con la sal. Es importante que la harina sea de buena calidad para conseguir una textura óptima. Agrega la mantequilla o margarina bien fría, cortada en trozos pequeños. Con las yemas de los dedos o un tenedor, comienza a mezclar la mantequilla con la harina hasta obtener una textura arenosa que se asemeje a pequeñas migas. Este paso es fundamental, ya que la mantequilla fría ayudará a que la masa quede más ligera y crujiente al hornear.

A continuación, añade el huevo y un poco de agua fría, justo lo suficiente para comenzar a unir los ingredientes. Es esencial no agregar demasiada agua de una sola vez, por lo que es mejor ir incorporándola poco a poco. Mezcla con una cuchara de madera o con las manos hasta obtener una masa homogénea y suave. Si sientes que la masa está demasiado seca o quebradiza, agrega un poco más de agua. Cuando la masa esté lista, amasa suavemente durante unos minutos para activar el gluten y darle elasticidad.

Una vez que tu masa está perfectamente amasada, forma una bola, cubre con un paño limpio y deja reposar en el refrigerador durante aproximadamente 30 minutos. Este tiempo de reposo es vital, ya que permitirá que la masa se relaje y sea más manejable al momento de estirarla.

Mientras la masa se enfría, vamos a preparar el relleno. En una sartén grande, calienta un chorrito de aceite de oliva a fuego medio. Cuando esté caliente, incorpora la cebolla picada. Sofríe la cebolla hasta que esté transparente y empiece a adquirir un ligero color dorado. Esto ayuda a que resalte su sabor y dulzura.

Ahora agrega el pimiento rojo y el ajo picado. La combinación de estos tres ingredientes crearás un sofrito aromático que le dará vida a nuestro relleno. Sofríe durante unos minutos hasta que estén tiernos. Luego, es el momento de añadir el pollo desmenuzado. Si tienes pollo cocido de un día anterior, ¡aún mejor! Esto le dará un gran sabor a tu empanada. Cocina a fuego medio, revolviendo ocasionalmente para mezclar bien los sabores, durante unos 5-7 minutos.

Aprovecha este momento para sazonar con pimentón dulce, sal y pimienta al gusto. Si decides agregar el huevo duro picado, ahora es el momento de incorporarlo. Revuelve bien todos los ingredientes y cocina un par de minutos más hasta que todo esté bien mezclado. Retira la sartén del fuego y deja enfriar el relleno mientras continúas con la masa.

Pasados los 30 minutos de reposo, saca la masa del refrigerador. En una superficie enharinada, extiende la masa con un rodillo hasta que tenga un grosor de aproximadamente 3 mm. La clave aquí es mantener la masa lo más uniforme posible para que todas las empanadas se cocinen de manera pareja. Si quieres darle una forma más profesional, puedes utilizar un cortador de masa, pero un simple plato también funciona perfectamente.

Usando una taza o un cortador, corta círculos de masa que tengan aproximadamente 10 cm de diámetro. Sobre cada círculo, coloca una cucharada colmada del relleno en el centro, evitando que llegue hasta los bordes para que puedas cerrar fácilmente las empanadas.

Dobla la masa sobre el relleno, formando una media luna. Presiona los bordes con los dedos para sellarlas bien. Para mayor seguridad, puedes utilizar un tenedor para presionar y sellar los bordes por completo, dándoles un bonito acabado.

Coloca las empanadas en una bandeja para hornear previamente engrasada o cubierta con papel pergamino. Si deseas darles un aspecto dorado y brillante al final de la cocción, puedes pincelarlas con huevo batido usando un brocha de cocina. Esto les dará un color apetitoso que hará que nadie pueda resistirse a probarlas.

Ahora, precalienta el horno a 180 °C (350 °F) y cuando esté caliente, hornea las empanadas durante aproximadamente 20-25 minutos o hasta que estén doradas y crujientes. Durante la cocción, el aroma llenará tu cocina, anticipando la delicia que está por venir. Cuando estén listas, retíralas del horno y déjalas enfriar un poco antes de servirlas.

Consejos y Conclusión

Para acompañar estas sabrosas empanadas de pollo, puedes preparar una salsa de yogur con hierbas o una picante salsa de tomate para mojar. Ambos son complementos perfectos que realzan el sabor de la empanada y ofrecen un toque refrescante. Si buscas una variación interesante, considera rellenarlas con otros ingredientes como champiñones, espinacas o quesos, creando así empanadas de sabores variados para todos los gustos. Además, hornear una tanda extra de empanadas es un gran truco para tener un refrigerio listo; simplemente enfríalas completamente y guárdalas en un recipiente hermético en el refrigerador. Se pueden conservar bien durante varios días y pueden ser recalentadas en horno o microondas para disfrutar de un sabor fresco.

La empanada de pollo no es solo un plato; es una experiencia que invita a compartir y disfrutar en buena compañía. Cada bocado es una mezcla de texturas y sabores que seguramente te hará recordar momentos especiales, mientras exploras la rica cultura culinaria que la rodea. Al finalizar la preparación de esta receta, encontrarás en cada empanada un pequeño tesoro, lleno de amor y dedicación.

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