Estas galletas caseras con chispas de chocolate son perfectas para quienes buscan una receta fácil, rápida y deliciosa. Con una textura suave y bordes ligeramente crujientes, logran el equilibrio ideal entre dulzura y el sabor intenso del chocolate. Con ingredientes básicos que probablemente ya tienes en casa, estas galletas son ideales para un refrigerio, postre o incluso para acompañar el café. ¡En solo 10 pasos, tendrás una bandeja de galletas recién hechas y listas para disfrutar!
Para comenzar la receta, rompe el huevo y colócalo en un tazón mediano. El huevo proporciona la estructura para nuestras galletas, por lo que es importante batirlo bien e incorporarlo con los demás ingredientes.
Añade 50 g de azúcar al huevo en el tazón. El azúcar es esencial para el dulzor y también ayuda a dar a las galletas sus bordes ligeramente caramelizados. Mezcla bien para asegurarte de que el azúcar se disuelva un poco y se mezcle uniformemente con el huevo.
Añade una pizca de sal. Este pequeño detalle marca una gran diferencia, ya que la sal realza el dulzor y equilibra el sabor de las galletas. Remueve bien para integrar la sal.
Ahora, agrega 80 g de mantequilla derretida a la mezcla. La mantequilla contribuye a la textura y al sabor, haciendo que las galletas queden suaves por dentro y ligeramente crujientes en los bordes. Remueve bien para incorporar la mantequilla al resto de la mezcla.
Agrega una cucharadita de esencia de vainilla, que proporciona un aroma y sabor sutiles que complementan el chocolate. Mezcla bien para que la vainilla se integre completamente en la mezcla.
Ahora, añade una taza de harina de trigo y una cucharadita de polvo de hornear. El polvo de hornear permite que las galletas se inflen ligeramente y tengan una textura ligera. Mezcla hasta que la masa sea homogénea y comience a ganar consistencia. Ten cuidado de no mezclar en exceso, ya que esto puede hacer que las galletas queden densas.
Continúa mezclando la masa hasta alcanzar una consistencia firme pero aún suave. Debe ser fácil de manejar y mantener su forma sin extenderse demasiado. Esta consistencia es importante para lograr la forma y textura deseadas en las galletas.
Incorpora 100 g de chocolate en trozos o chispas a la masa. Remueve suavemente para distribuir el chocolate uniformemente, asegurando que cada galleta tenga generosos trozos de chocolate derretido.
Forra una bandeja para hornear con papel pergamino para evitar que las galletas se peguen y facilitar la limpieza. Con ayuda de una cuchara, coloca porciones de masa en la bandeja, dejando espacio entre cada galleta para evitar que se junten al hornearse.
Coloca la bandeja en un horno precalentado a 180°C y hornea durante unos 20 minutos. Las galletas estarán listas cuando los bordes estén dorados, pero el centro aún esté ligeramente suave. Retira del horno y deja enfriar unos minutos antes de servir – esto ayuda a fijar la textura y resalta el sabor.
Para hacer las galletas aún más irresistibles, intenta añadir una pizca de canela en polvo o un poco de ralladura de naranja a la masa. Estos ingredientes aportan un toque especial y realzan el sabor del chocolate, proporcionando una experiencia más sofisticada.
Estas galletas caseras con chispas de chocolate son una excelente elección para cualquier ocasión. La combinación de bordes crujientes, un centro suave y trozos de chocolate derretido es simplemente irresistible. Perfectas para reuniones familiares, como regalo para amigos o para un momento de indulgencia, estas galletas seguro serán un éxito. Prueba esta receta sencilla y deliciosa y ten siempre a mano un bocadillo casero que encantará a todos.