El pan brioche de leche es una joya de la panadería francesa, reconocido por su textura ultra suave y esponjosa, y su sutil dulzura que lo hace ideal tanto para preparaciones dulces como saladas. Este pan enriquece cualquier desayuno o brunch, y su versatilidad permite disfrutarlo solo, con mermeladas, o como base para sándwiches gourmet. La incorporación de leche caliente en la masa le otorga una miga tierna y una corteza dorada irresistible. Aunque su origen exacto es incierto, el brioche tiene raíces profundas en Normandía, Francia, y ha evolucionado a lo largo de los siglos hasta convertirse en el pan lujoso que conocemos hoy. Preparar brioche de leche en casa puede parecer desafiante, pero con esta receta detallada, lograrás resultados dignos de una panadería.
1. Preparar la masa madre:
En un recipiente, mezcla la leche caliente con la levadura instantánea y la cucharada de harina. Remueve bien hasta que la levadura se disuelva completamente. Cubre el recipiente con un paño limpio y deja reposar en un lugar cálido durante unos 10-15 minutos, hasta que la mezcla esté espumosa y haya aumentado su volumen. Este paso asegura que la levadura esté activa y lista para fermentar la masa.
2. Preparar la masa principal:
En un bol grande o en el tazón de una batidora con gancho de amasar, combina la harina de fuerza, el azúcar y la sal. Mezcla estos ingredientes secos para que se distribuyan uniformemente. Añade la masa madre preparada y los huevos. Si utilizas una batidora, mezcla a velocidad baja hasta que los ingredientes se integren y formen una masa homogénea. Si amasas a mano, mezcla hasta que la masa se una y sea manejable.
3. Incorporar la mantequilla:
Una vez que la masa esté formada, comienza a añadir los cubos de mantequilla fría, uno a uno, asegurándote de que cada trozo se incorpore completamente antes de añadir el siguiente. Este proceso puede llevar tiempo, pero es crucial para obtener la textura suave característica del brioche. La mantequilla debe integrarse por completo, resultando en una masa lisa y ligeramente pegajosa. Evita añadir harina extra, ya que podría alterar la textura final del pan.
4. Primer levado:
Forma una bola con la masa y colócala en un bol ligeramente engrasado. Cubre con film transparente o un paño húmedo y deja reposar en un lugar cálido durante aproximadamente 1 hora, o hasta que la masa haya duplicado su tamaño. Este primer levado permite que la masa desarrolle sabor y estructura.
5. Formar el pan:
Después del primer levado, transfiere la masa a una superficie ligeramente enharinada. Desgasifica suavemente la masa presionando con las manos para eliminar el exceso de aire. Divide la masa en porciones según la forma deseada: puedes hacer un solo pan grande o dividirla en bollos individuales. Para un pan grande, forma un cilindro y colócalo en un molde para pan previamente engrasado. Para bollos, forma bolas uniformes y colócalas en una bandeja para hornear forrada con papel pergamino.
6. Segundo levado:
Cubre el pan o los bollos formados con un paño limpio y deja reposar en un lugar cálido durante 30-45 minutos, o hasta que hayan aumentado notablemente de tamaño. Este segundo levado es esencial para obtener una miga esponjosa y ligera.
7. Horneado:
Precalienta el horno a 180°C (350°F). Antes de hornear, puedes pincelar la superficie de la masa con huevo batido para obtener una corteza brillante y dorada. Hornea durante 20-25 minutos para bollos individuales, o 30-35 minutos para un pan grande, hasta que la superficie esté dorada y al golpear la base suene hueca. Si notas que la parte superior se dora demasiado rápido, cubre con papel de aluminio y continúa horneando hasta que esté completamente cocido.
8. Enfriado:
Una vez horneado, retira el pan o los bollos del horno y déjalos enfriar en una rejilla antes de cortarlos o servirlos. Este enfriamiento permite que la miga se asiente y facilita el corte.
Para una variante dulce, puedes añadir 50 g de pasas o chips de chocolate a la masa durante el amasado. Si prefieres un brioche más aromático, incorpora una cucharadita de extracto de vainilla o ralladura de naranja a la masa. Este pan es perfecto para tostadas francesas o para acompañar con mermeladas y mantequilla. Para conservarlo, envuelve el brioche en film transparente y guárdalo a temperatura ambiente hasta por 3 días. También puedes congelarlo envuelto en film y luego en papel de aluminio hasta por un mes; para consumir, descongela a temperatura ambiente y calienta ligeramente en el horno.
El pan brioche de leche es una delicia que, aunque requiere tiempo y paciencia, recompensa con su sabor y textura incomparables. Prepararlo en casa te permite disfrutar de un pan fresco y personalizado, perfecto para compartir en desayunos