Este pastel de maíz es una deliciosa y reconfortante opción para cualquier ocasión especial o para simplemente disfrutar en casa. Su sabor dulce y textura suave lo hacen perfecto para acompañar un café o como postre después de una comida. La combinación de maíz con leche condensada crea una mezcla única que ofrece un sabor dulce y una textura inigualable, mientras que la harina y el polvo para hornear aseguran que el pastel quede esponjoso y bien levantado. Es una receta sencilla que resalta los sabores naturales de sus ingredientes y que, además, es fácil de preparar.
Preparación:
Mezcla los Ingredientes:
Coloca todos los ingredientes en la licuadora: los 3 huevos, la lata de leche condensada, la lata de maíz, la taza de harina, la cucharada de margarina y la cucharada de polvo para hornear.
Licúa a alta velocidad hasta obtener una mezcla homogénea. Si notas que algunos ingredientes se pegan a los lados de la licuadora, utiliza una cuchara para ayudarlos a caer y mezcla nuevamente hasta que la masa esté completamente integrada.
Preparar el Molde:
Engrasa un molde con mantequilla y espolvorea con harina para evitar que el pastel se pegue. Esto ayudará a que el pastel se desmolde fácilmente una vez cocido.
Hornear el Pastel:
Vierte la masa en el molde preparado y alísala con una espátula para que quede uniforme.
Hornea en un horno precalentado a 180°C (350°F) durante 45 a 60 minutos. Para verificar que el pastel esté listo, realiza la prueba del palillo: inserta un palillo en el centro del pastel y retíralo; si sale limpio, el pastel está cocido.
Dica Bonus: Para darle un toque adicional, puedes añadir trozos de queso crema a la masa antes de hornear. Esto creará deliciosas vetas de queso en el pastel que complementan perfectamente el sabor dulce del maíz.
Conclusión:
Este pastel de maíz es un ejemplo perfecto de cómo ingredientes simples pueden transformarse en un postre delicioso y satisfactorio. Su preparación fácil y rápida lo convierte en una excelente opción para cualquier momento, ya sea una ocasión especial o un antojo repentino. Disfrútalo tibio o a temperatura ambiente, y acompáñalo con un poco de crema batida o una bola de helado para un toque extra de indulgencia. ¡Te garantizo que este pastel se convertirá en un favorito en tu hogar!