Descripción

Te invitamos a descubrir cómo hacer unas deliciosas galletas saladas que no solo son fáciles de preparar, sino que también son un complemento perfecto para tus comidas y meriendas. Estas galletas crujientes están llenas de sabor, gracias a la cebolla de verdeo que les aporta un toque especial. Son ideales para compartir en reuniones familiares, picnics o simplemente para disfrutar en cualquier momento del día. Con una textura crujiente y un sabor que te hará querer más, estas galletas te ofrecerán una experiencia culinaria inigualable. Así que prepara tus ingredientes y manos a la obra para deleitar a tus seres queridos con esta receta que se convertirá en tu favorita.

Ingredientes

• 60 g de leche
• 30 g de manteca sin sal derretida
• 2 g de sal
• 150 g de harina 0000
• 2 g de levadura
• 1 g de bicarbonato de sodio
• Cebolla de verdeo (35 g, cortada en trozos pequeños)
• 10 g de semillas de sésamo (opcional)

Modo de preparación

Para empezar, en un recipiente amplio, combina la leche, la manteca derretida y la sal. Es importante mezclar bien estos ingredientes hasta que estén completamente integrados. Una vez que tengas una mezcla homogénea, es el momento de añadir los ingredientes secos. Incorpora la harina, la levadura y el bicarbonato de sodio y revuelve con una espátula. No te preocupes si la mezcla no queda perfecta; solo necesitas que los ingredientes secos estén hidratados.

A continuación, añade los trozos de cebolla de verdeo a la mezcla y, si decides utilizarlas, las semillas de sésamo. Es fundamental amasar brevemente para asegurarte de que las cebollas y las semillas se distribuyan uniformemente en la masa.

Después de mezclar los ingredientes, envuelve la masa en film transparente y déjala reposar en la nevera por 30 minutos. Este paso es crucial, ya que permitirá que los sabores se intensifiquen y la masa se vuelva más manejable cuando la vayas a estirar.

Mientras esperas, es un buen momento para precalentar tu horno a 170 °C y cubrir una bandeja para hornear con papel de pergamino. Esto ayudará a que las galletas no se peguen y se cocinen de manera uniforme.

Luego, toma la masa de la nevera y colócala sobre el papel de hornear, cubriéndola con otra hoja de papel pergamino. Usa tus manos para presionar suavemente la masa, aplanándola. Es aquí donde entra en juego el rodillo. Extiende la masa hasta obtener un grosor uniforme, preferiblemente en forma rectangular. Asegúrate de que la masa no sea demasiado gruesa, ya que cuanto más delgada está, más crujientes son las galletas.

Con un cuchillo de filo ondulado, recorta los bordes de la masa y luego procede a cortarla en porciones del tamaño que prefieras.

No olvides perforar cada galleta con un tenedor. Este paso es esencial para evitar que se formen burbujas de aire durante la cocción, lo que podría alterar la textura final de la galleta.

Ya con las galletas cortadas, distribúyelas en la bandeja para hornear. Recuerda dejar espacio entre cada galleta para permitir su expansión mientras se hornean.

Ahora es el momento de hornear. Coloca las galletas en el horno precalentado y hornéalas durante aproximadamente 15 minutos. La clave aquí es lograr que adquieran un bonito color dorado y una textura crujiente en el exterior.

Una vez que estén listas, retíralas del horno y déjalas enfriar en la bandeja durante unos minutos. Luego, transférelas a una rejilla para que se enfríen completamente. De esta manera, tendrás unas galletas perfectas para disfrutar o compartir con amigos y familiares.

Consejos y Conclusión

Si buscas darle un toque especial a tus galletas saladas, considera experimentar con otros ingredientes. Puedes añadir queso rallado o hierbas como orégano o romero. También puedes agregar un poco de pimienta negra para darles un toque picante. Esta versatilidad te permitirá personalizar las galletas a tu gusto y mantener la receta fresca cada vez que la prepares.
Hacer tus propias galletas saladas nunca fue tan fácil y satisfactorio. Con esta receta, obtendrás un delicioso y crujiente acompañamiento que seguramente será un éxito en tu hogar. No solo disfrutarás de la cocción, sino que también te deleitarás con cada bocado. Sorprende a tus seres queridos con un aperitivo tan sencillo como sabroso. Tómate el tiempo para disfrutar el proceso y no dudes en compartir esta receta con tus amigos. Hacer galletas saladas es simplemente el comienzo. ¡Buen provecho!