No hay nada como una receta rápida y deliciosa para alegrar el día, ¿verdad? Estas galletas de leche condensada son perfectas para acompañar el café de la tarde, para ofrecer a tus invitados o simplemente para disfrutar en cualquier momento del día. Con solo unos pocos ingredientes y en poco tiempo, esta receta se convertirá en tu aliada para preparar algo sabroso con ese sabor casero que a todos encanta. Además, son muy fáciles de hacer, por lo que son ideales tanto para principiantes como para cocineros con más experiencia. Vamos paso a paso para que tus galletas queden perfectas.
Comienza poniendo 1/2 taza de leche condensada en un bol. Este será el primer paso para darle la dulzura que necesitan nuestras galletas. La leche condensada aportará una cremosidad que dejará tus galletas con ese sabor irresistible y ayudará a que tengan una textura suave.
Ahora, añade 1 1/2 tazas de maicena al bol. La maicena es el ingrediente clave que le da ligereza a las galletas y las hace deshacerse en la boca. Mezcla bien hasta que los ingredientes comiencen a unirse y se forme una masa suave. Al principio, la masa puede estar un poco pegajosa.
Agrega 1 cucharada de margarina y mezcla nuevamente. La margarina ayuda a darle cuerpo a la masa, además de añadir un toque de sabor y suavidad. Sigue mezclando hasta que la masa comience a despegarse de los bordes del bol. Este paso es crucial para que las galletas sean fáciles de moldear.
Si ves que la masa sigue estando demasiado pegajosa, no te preocupes. Agrega 2 cucharadas más de maicena, una a la vez, hasta que la masa se vuelva firme pero manejable. El punto ideal es cuando la masa ya no se pega a las manos y puedes formar bolitas sin problemas.
Con la masa lista, engrasa una bandeja con margarina. Usa un pincel para esparcir una capa fina de margarina por toda la superficie de la bandeja. Esto evitará que las galletas se peguen y facilitará sacarlas después de horneadas.
Ahora es momento de formar las galletas. Haz pequeñas bolitas de masa con las manos. Intenta hacerlas del mismo tamaño para que se cocinen de manera uniforme en el horno. Esta parte es divertida, y si tienes niños en casa, es una excelente oportunidad para involucrarlos en la preparación.
Coloca las bolitas de masa en la bandeja engrasada, dejando un pequeño espacio entre cada una. Esto permite que las galletas se expandan ligeramente mientras se hornean sin pegarse entre sí.
Con la ayuda de un tenedor, presiona ligeramente cada bolita para hacer unas marcas en la superficie. Estas marcas no solo les dan un toque decorativo, sino que también ayudan a que las galletas se cocinen de manera más uniforme. Una vez marcadas, hornea las galletas en un horno precalentado a 180°C (350°F) durante aproximadamente 20 minutos o hasta que la base esté ligeramente dorada.
Después de hornear, retira las galletas del horno y déjalas enfriar antes de servirlas. Al salir del horno estarán suaves, pero se endurecerán un poco al enfriarse. El aroma dulce llenará tu cocina, y será difícil resistirse a probar una mientras aún están tibias. ¡Y eso es todo! Tus galletas de leche condensada están listas para disfrutar.
Si quieres darle un toque especial a esta receta, prueba agregar un poco de coco rallado a la masa. El coco combina maravillosamente con la leche condensada y le da una textura extra crujiente a las galletas. Además, puedes espolvorear azúcar glas o un poco de canela sobre las galletas justo al salir del horno para hacerlas aún más deliciosas y decorativas.
Esta receta de galletas de leche condensada es de esas que querrás hacer una y otra vez. Sencilla, rápida y deliciosa, es perfecta para cualquier ocasión. Con ingredientes fáciles de encontrar y una preparación sin complicaciones, estas galletas son una excelente opción para acompañar el café de la tarde o incluso para regalar a amigos y familiares. ¡Pruébalas y disfruta de cada bocado!