Descripción

Las croquetas de jamón y queso son una verdadera delicia que evocan el confort de la cocina casera. Este plato, que tiene su origen en la gastronomía española, ha viajado por el mundo, conquistando corazones y estómagos. Su crujiente exterior dorado, combinado con un interior cremoso y sabroso, las convierte en un bocado irresistible en cualquier ocasión. Ya sea como aperitivo, cena ligera o simplemente para disfrutar en un día de descanso, estas croquetas son un triunfo de la simplicidad y el buen gusto.

Preparar croquetas puede parecer un reto, pero te sorprenderá lo fácil y satisfactorio que es. La mezcla de papas, jamón y queso se transforma en un manjar que hará que todos quieran repetir. Esta receta no solo es perfecta para usar esos pequeños restos de jamón que quedan en la nevera, sino que también representa un momento de unión familiar en la cocina. ¡Manos a la obra!

Ingredientes

• Para la masa:
• - 1,2 kg de papas (preferiblemente variedad de papa harinosa)
• - 2 yemas de huevo
• - 150 g de queso Parmesano rallado
• - 70 g de manteca
• - 1 cucharadita de mostaza picante
• - 2 cucharadas de cebollinos o la parte verde de la cebolla de verdeo, picados
• - 70 g de jamón cocido, cortado en cubos pequeños
• - Sal, al gusto
• - Pimienta, al gusto
• - Nuez moscada molida, al gusto
• Para el rebozado:
• - 1 huevo
• - 8 cucharadas de harina para empanizar
• - 10 cucharadas de pan rallado
• - Aceite vegetal, suficiente para freír
• - Harina extra para espolvorear al trabajar la masa
• Sugerencias:
• Si deseas experimentar, puedes sustituir el jamón por pollo cocido, chorizo o incluso un toque vegetariano utilizando espinacas y queso feta. Para dar un extra de sabor, puedes incluir hierbas frescas como perejil o albahaca. ¡El límite lo pones tú!

Modo de preparación

Para comenzar con esta deliciosa receta de croquetas, es fundamental que prepares las papas. Primero, pélalas con cuidado y córtalas en trozos uniformes para asegurar una cocción homogénea. Colócalas en una olla grande con agua ligeramente salada. Cocínalas a fuego medio-alto durante aproximadamente 30 minutos, o hasta que estén tiernas al comprobar pinchándolas con un tenedor. Esto garantizará que las papas se conviertan en un puré suave, ideal para nuestra mezcla.

Una vez cocidas, escúrrelas con cuidado y transfiérelas a un pasapurés o a un tazón grande. Es esencial que las papas queden lo más secas posible; por eso, déjalas reposar unos minutos para que se evapore el exceso de humedad. Este paso es crucial para que la masa no quede demasiado pegajosa.

Al puré de papas ya enfriado, añade las yemas de huevo. Las yemas no solo aportan sabor, sino que también actúan como un aglutinante que ayudará a dar estructura a tus croquetas. A continuación, incorpora la manteca, que aportará suavidad y riqueza a la mezcla. Agrega una pizca de sal, pimienta al gusto, y un toque de nuez moscada molida que dará un sutil sabor a tus croquetas, elevándolas a un nivel gastronómico más alto.

El siguiente paso es añadir el queso parmesano rallado. Este ingrediente, lleno de carácter, se fundirá a la perfección en el calor de la croqueta, creando una experiencia de sabor divina. Luego, agrega la cucharadita de mostaza picante; esto no solo realzará el sabor, sino que aportará un giro inesperado a tus croquetas. Mezcla bien todos estos ingredientes hasta conseguir una masa homogénea.

Incorpora los cebollinos picados, cuya frescura complementará el perfil de sabor, y finalmente, agrega los cubos de jamón. Asegúrate de que todo esté bien mezclado. Si la masa resulta demasiado pegajosa, no dudes en incorporar un poco de harina adicional. Amasa con tus manos, siempre enharinadas, hasta que la mezcla sea manejable pero no excesivamente seca.

Ahora, comienza a formar bolitas del tamaño de una nuez con la masa. Esta es una parte divertida del proceso, ya que puedes involucrar a los más pequeños de la casa. Formar esas pequeñas delicias es como moldear pequeñas obras de arte en la cocina. Una vez que hayas formado todas las bolitas, es momento de pasarlas por el proceso de rebozado. Comienza por cubrirlas con harina, asegurándote de quitar el exceso.

A continuación, bate el huevo en un recipiente. Sumerge las bolitas de masa en el huevo batido, asegurándote de que queden bien cubiertas. Luego, rebózalas en el pan rallado hasta que estén completamente cubiertas. El pan rallado le dará ese toque crujiente que todos amamos al morder una croqueta.

Después de haber rebozado todas las croquetas, es momento de fritarlas. Prepara una sartén profunda o una cacerola grande y calienta suficiente aceite a fuego medio-alto para que cubra las croquetas. Un truco para saber si el aceite está listo es colocar un pequeño trozo de pan en el aceite; si burbujea y se dora rápidamente, ¡es hora de freír!

Coloca las croquetas en el aceite caliente con cuidado, evitando que se amontonen, ya que esto puede bajar la temperatura del aceite y resultar en una cocción desigual. Fríelas durante 4 a 5 minutos, girándolas ocasionalmente, hasta que estén doradas y crujientes. Querrás que cada bocado tenga esa textura dorada y deliciosa.

Una vez que estén listas, retíralas del aceite y colócalas sobre papel de cocina para absorber el exceso de aceite. Esto asegurará que tus croquetas sean crujientes por fuera y ligeras al paladar.

Consejos y Conclusión

Consejo:

Para una experiencia aún más placentera, puedes acompañar tus croquetas de jamón y queso con una salsa alioli casera o una mostaza dulce. Ambos complementarán el sabor y añadirán una dimensión extra a cada bocado, convirtiendo tus croquetas en una opción deliciosa para compartir en reuniones familiares o con amigos. Si decides hacer un gran lote de croquetas, considera congelarlas antes de freír. Una vez formadas y rebozadas, colócalas en una bandeja y congélalas. Cuando quieras disfrutarlas, simplemente fríelas directamente desde el congelador, ajustando el tiempo de cocción un par de minutos más. Así siempre tendrás una sorpresa deliciosa lista para compartir.

Conclusión:

Ahora que has terminado de preparar estas deliciosas croquetas de jamón y queso cortadas en cubos, imagina la sonrisa en el rostro de tus seres queridos al degustar cada bocado dorado. No hay nada como el sabor casero que trae consigo el tiempo en la cocina. ¡Anímate a compartir estas croquetas en tu próxima reunión o simplemente disfrútalas en casa durante un día de descanso!

Recuerda que la cocina es un lugar para experimentar y dejar volar tu creatividad. Te invito a que explores otras recetas en nuestro sitio que te ayuden a ampliar tu repertorio. Desde sopas reconfortantes hasta platos principales llenos de sabor, seguro encontrarás algo que te inspire. No olvides compartir tus impresiones sobre la receta y tus propias variaciones. ¡Felices cocinas!