Con solo harina, agua y sal, es posible crear una variedad de recetas deliciosas y sencillas que sorprenderán a todos. Estos ingredientes básicos, presentes en cualquier despensa, son la base de preparaciones tradicionales que han pasado de generación en generación. A continuación, exploraremos algunas de estas recetas, destacando su simplicidad y sabor.
En un bol grande, mezcla la harina con la sal.
Añade el agua tibia poco a poco, mezclando hasta formar una masa homogénea.
Amasa durante unos minutos hasta que la masa esté suave y elástica.
Deja reposar la masa cubierta con un paño limpio durante 15-20 minutos.
Divide la masa en pequeñas porciones y estíralas con un rodillo hasta obtener discos de aproximadamente 1 cm de grosor.
Calienta el aceite en una sartén profunda a fuego medio-alto.
Fríe las tortas hasta que estén doradas por ambos lados.
Retíralas y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Para darle un toque especial a estas recetas, puedes añadir hierbas o especias a la masa. Por ejemplo, agregar orégano o ajo en polvo a la masa de las tortas fritas les dará un sabor diferente. En el caso del pan, puedes incorporar semillas como sésamo o chía para añadir textura y nutrientes. Para los churros, una pizca de canela en el azúcar de espolvorear les dará un aroma y sabor únicos.
Como hemos visto, con ingredientes tan simples como harina, agua y sal, es posible crear una variedad de deliciosas recetas que deleitarán a todos. La simplicidad de estos ingredientes permite una gran versatilidad en la cocina, y con un poco de creatividad, puedes adaptarlas a tus gustos y preferencias. Te invitamos a explorar más recetas en nuestro sitio y a compartir tus experiencias culinarias con nosotros. ¡Anímate a experimentar y disfrutar de la cocina casera!