La tarta fría de queso con arándanos es un clásico que combina la cremosidad del queso con el sabor dulce y ligeramente ácido de los arándanos. Este postre es ideal para cualquier ocasión, desde celebraciones familiares hasta una tarde de verano con amigos. Lo mejor de esta receta es que no requiere horno, lo que la hace perfecta para quienes buscan un dulce fácil y rápido de preparar, pero con una presentación que impresiona. Prepárala y sorprende a tus invitados con este postre irresistible.
Preparación de la base:
Comienza triturando las galletas hasta obtener una textura arenosa. Puedes hacerlo con un procesador de alimentos o colocándolas en una bolsa y aplastándolas con un rodillo. Mezcla las galletas trituradas con la mantequilla derretida hasta formar una mezcla homogénea. Vierte esta mezcla en un molde desmontable de unos 20 cm de diámetro y presiona bien con el dorso de una cuchara para formar una base compacta. Refrigera durante al menos 30 minutos para que la base se endurezca.
Preparación del relleno de queso:
En un bol grande, bate el queso crema con el azúcar glas y la esencia de vainilla hasta obtener una mezcla suave y sin grumos. Aparte, calienta la leche y disuelve la gelatina en ella (si usas hojas de gelatina, hidrátalas previamente en agua fría durante 5 minutos). Incorpora la gelatina disuelta al queso crema y mezcla bien.
Monta la nata hasta que esté firme y añádela poco a poco a la mezcla de queso, realizando movimientos envolventes para no perder aire. Vierte el relleno sobre la base de galleta y alisa la superficie con una espátula. Refrigera durante al menos 4 horas, o hasta que la mezcla esté completamente firme.
Preparación de la cobertura:
En una cacerola pequeña, calienta la mermelada de arándanos con el agua. Si prefieres una cobertura más firme, disuelve la gelatina en un poco de agua caliente y añádela a la mezcla. Cocina a fuego bajo, removiendo constantemente, hasta que esté bien integrada. Deja enfriar ligeramente antes de verterla sobre la capa de queso. Extiende la cobertura de manera uniforme y vuelve a refrigerar durante al menos 2 horas.
Montaje y presentación:
Desmolda la tarta con cuidado y colócala en un plato o base de presentación. Puedes decorarla con arándanos frescos, hojas de menta o incluso virutas de chocolate blanco para darle un toque elegante.
Para un sabor aún más fresco, sustituye los arándanos por fresas, frambuesas o una mezcla de frutos rojos. Si quieres un toque crujiente, añade almendras laminadas o nueces picadas a la base de galleta. Este postre se conserva perfectamente en la nevera durante 3 días, por lo que puedes prepararlo con antelación para tus eventos.
Esta tarta fría de queso con arándanos no solo es deliciosa, sino también visualmente atractiva y fácil de preparar. Su combinación de texturas y sabores la convierte en un postre inolvidable. Explora más recetas como esta en nuestro sitio web y sigue creando momentos dulces para compartir con tus seres queridos. ¡Anímate a probarla y cuéntanos tu experiencia!