El mole con pollo es uno de los platillos más icónicos de la gastronomía mexicana. Su combinación de sabores profundos, dulces, y ligeramente picantes hace que cada bocado sea una experiencia inolvidable. Este platillo es perfecto para ocasiones especiales o simplemente para deleitarse con un sabor casero único. Acompañado de un arroz blanco perfectamente cocido, este mole será el centro de atención en tu mesa. Con esta receta, descubrirás que preparar mole no tiene por qué ser complicado, y el resultado vale cada minuto de esfuerzo.
Preparar el pollo:
Comienza secando bien las piezas de pollo con papel absorbente y sazónalas generosamente con sal y pimienta por ambos lados. En una olla grande, calienta el aceite vegetal a fuego medio-alto. Coloca las piezas de pollo y dóralas por ambos lados hasta que estén bien doradas. Esto no solo sella los jugos del pollo, sino que también crea una base de sabor en la olla. Retira el pollo y resérvalo.
Preparar la base del mole:
En la misma olla, reduce el fuego a medio y añade la cebolla picada y el ajo. Sofríe durante unos minutos hasta que estén dorados y fragantes. Esto potenciará el sabor del mole.
Agrega el caldo de pollo y raspa el fondo de la olla con una cuchara de madera para desprender los trozos dorados que quedaron del pollo. Este paso es crucial para enriquecer la salsa. Añade el mole poblano y mezcla bien hasta que se disuelva completamente en el caldo, creando una salsa homogénea y aromática.
Cocinar el pollo en el mole:
Devuelve el pollo dorado a la olla con la salsa de mole. Cubre la olla con una tapa y cocina a fuego medio-bajo durante 30-40 minutos, hasta que el pollo esté tierno y completamente cocido. Si usas pechugas, verifica su cocción antes, ya que tienden a cocinarse más rápido.
Si deseas un toque más dulce y rico, agrega la media tableta de chocolate mexicano a la salsa y mezcla bien hasta que se derrita completamente. Este paso es opcional pero altamente recomendado para un sabor auténtico y tradicional.
Preparar el arroz blanco:
Enjuaga el arroz bajo agua fría hasta que el agua salga clara. Esto elimina el exceso de almidón, evitando que el arroz quede pegajoso. En una cacerola mediana, calienta el aceite vegetal a fuego medio. Agrega el arroz y cocina, revolviendo constantemente, hasta que esté ligeramente dorado.
Incorpora el caldo de pollo o agua caliente y una pizca de sal. Revuelve bien, lleva a ebullición y luego reduce el fuego al mínimo. Cubre la cacerola con una tapa y cocina durante 15-20 minutos, o hasta que el arroz haya absorbido todo el líquido y esté tierno.
Para una presentación aún más especial, sirve el mole con arroz en un plato grande y acompaña con tortillas calientes, frijoles refritos y aguacate fresco. También puedes decorar el mole con semillas de ajonjolí tostadas para un toque final auténtico.
Este mole con pollo y arroz blanco es una explosión de sabores tradicionales que nunca falla en conquistar paladares. Es un plato reconfortante, lleno de historia y perfecto para compartir con la familia. Ya sea que lo prepares para una ocasión especial o para consentirte un día cualquiera, esta receta te hará sentir como todo un chef mexicano. ¡Atrévete a probarla y déjate enamorar por su delicioso sabor!