Estos bollos crujientes sin necesidad de amasar son la opción perfecta para quienes desean disfrutar del mejor pan casero sin complicaciones. Con solo cuatro ingredientes básicos, podrás preparar un pan con una textura crujiente por fuera y esponjosa por dentro. ¡Ideal para el desayuno, una merienda o como acompañamiento de tus comidas favoritas!
1. Preparar la mezcla base
En un recipiente grande, mezcla la harina y la sal. Disuelve la levadura en el agua tibia, asegurándote de que no queden grumos, y agrégala a la mezcla de harina. Remueve con una cuchara de madera o una espátula hasta obtener una masa pegajosa y uniforme. No te preocupes por la textura, ya que no es necesario amasar.
2. Fermentación
Cubre el recipiente con un paño limpio o film transparente y deja reposar la masa a temperatura ambiente durante 2-3 horas, o hasta que duplique su tamaño. Si prefieres, puedes dejarla en la nevera durante toda la noche para un proceso de fermentación más lento y un sabor más intenso.
3. Formar los bollos
Una vez que la masa haya fermentado, espolvorea generosamente harina sobre una superficie limpia. Vuelca la masa con cuidado sobre la superficie enharinada. Con la ayuda de un cuchillo o una espátula, divide la masa en porciones del tamaño deseado para formar los bollos. Manipula la masa lo menos posible para mantener su aireado interior.
4. Precalentar el horno
Precalienta el horno a 230 °C. Coloca una bandeja para hornear en el centro del horno y otra bandeja pequeña en la parte inferior.
5. Hornear
Coloca los bollos en una bandeja para hornear cubierta con papel pergamino o ligeramente enharinada. Antes de introducirlos en el horno, vierte un poco de agua en la bandeja inferior para generar vapor. Esto ayudará a que los bollos queden con una corteza más crujiente. Hornea durante 25-30 minutos, o hasta que los bollos estén dorados y suenen huecos al golpearlos suavemente.
6. Enfriar y servir
Saca los bollos del horno y deja que se enfríen sobre una rejilla. Este paso es importante para que la corteza mantenga su textura crujiente. Sirve los bollos tibios o a temperatura ambiente.
Consejos:
Variedades: Añade hierbas secas, queso rallado o semillas a la masa para crear bollos con un toque especial.
Conservación: Una vez fríos, puedes guardar los bollos en una bolsa hermética o congelarlos para disfrutar más adelante.
Recalentar: Si deseas devolverles su textura crujiente, caliéntalos en el horno durante unos minutos antes de servir.
Conclusión:
Con esta receta, hacer pan nunca fue tan sencillo. Sin necesidad de amasar, obtendrás bollos irresistiblemente crujientes que sorprenderán a tu familia y amigos. Perfectos para acompañar sopas, untar con mantequilla o simplemente disfrutar solos. ¡Prueba esta receta y descubre lo fácil y delicioso que es hacer pan en casa! 🥖❤️