Los churros de chocolate son un ícono de la repostería que ha conquistado paladares en todo el mundo. Su exterior crujiente, su interior tierno y la irresistible combinación con chocolate los convierten en una delicia ideal para desayunos, meriendas o cualquier momento especial. Aunque este manjar suele disfrutarse en churrerías tradicionales, hacerlo en casa no solo es posible, sino también muy divertido. En esta receta, aprenderás a preparar churros caseros perfectamente dorados y acompañados de un chocolate cremoso que hará que todos pidan más. Además, es una receta ideal para compartir en familia o sorprender a tus invitados.
Comienza preparando la masa de los churros. En una cacerola, calienta el agua con la mantequilla y la sal a fuego medio. Una vez que la mezcla hierva y la mantequilla esté completamente derretida, retira del fuego e incorpora la harina de golpe. Remueve enérgicamente con una cuchara de madera hasta obtener una masa uniforme y compacta que se despegue de las paredes de la cacerola.
Deja que la masa repose unos minutos hasta que esté tibia. Luego, colócala en una manga pastelera con una boquilla de estrella, que es lo que da a los churros su forma característica. Si no tienes manga pastelera, puedes usar una bolsa de plástico resistente y cortar una esquina para improvisar.
Calienta abundante aceite en una sartén profunda a unos 180 °C. Para comprobar que el aceite está listo, puedes introducir un pequeño trozo de masa; si burbujea y sube rápidamente, es el momento adecuado para empezar a freír.
Con la manga pastelera, forma los churros directamente en el aceite caliente, cortándolos con unas tijeras o un cuchillo al tamaño deseado. Fríelos en pequeñas tandas para que no se enfríe el aceite y girándolos con unas pinzas para que se doren uniformemente por todos lados. Una vez listos, colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Mientras los churros se enfrían ligeramente, prepara la salsa de chocolate. En un cazo, calienta la leche a fuego medio. Trocea el chocolate y agrégalo a la leche caliente, removiendo constantemente hasta que se derrita por completo. Si prefieres una salsa más espesa, diluye la maicena en un poco de leche fría antes de incorporarla y sigue removiendo hasta alcanzar la consistencia deseada. Ajusta el dulzor añadiendo azúcar según tu gusto.
Espolvorea los churros con azúcar mientras están calientes para que el dulce se adhiera mejor. Sirve los churros recién hechos junto a la salsa de chocolate tibia, lista para mojar y disfrutar.
Si buscas una versión más ligera, puedes hornear los churros en lugar de freírlos. Precalienta el horno a 200 °C, colócalos sobre una bandeja cubierta con papel de horno y hornéalos durante 15-20 minutos o hasta que estén dorados. Para un toque extra, añade una pizca de canela al azúcar antes de espolvorear los churros. La salsa de chocolate también puede variar, sustituyendo parte de la leche por nata para un sabor más cremoso.
Hacer churros de chocolate caseros es una experiencia que combina tradición, sabor y creatividad. No solo disfrutarás de su irresistible textura y sabor, sino también de la satisfacción de prepararlos tú mismo. Comparte esta receta con tus seres queridos y crea momentos inolvidables alrededor de esta deliciosa tradición. Explora otras recetas en nuestro sitio para complementar tu experiencia culinaria, desde otros clásicos dulces hasta nuevas ideas que seguramente te encantarán. ¡Anímate y disfruta de este placer único!