El pollo al ajillo es un plato emblemático de la cocina española que destaca por su simplicidad y su sabor inigualable. Esta receta tradicional combina el ajo, el aceite de oliva virgen extra y el vino blanco para crear una salsa que impregna el pollo con un aroma y un sabor profundos. Perfecto para compartir en cenas familiares o reuniones, este plato es ideal tanto para ocasiones especiales como para comidas cotidianas.
Con ingredientes básicos y un método sencillo, el pollo al ajillo es una receta que invita a disfrutar del arte de cocinar y de la riqueza de la cocina mediterránea. Su versatilidad permite acompañarlo con una variedad de guarniciones como arroz, patatas o pan crujiente, haciendo de cada bocado una experiencia memorable.
Comienza calentando el aceite de oliva en una sartén grande o cazuela a fuego medio-alto.
Salpimienta los trozos de pollo por ambos lados para realzar su sabor antes de cocinarlos.
Cuando el aceite esté bien caliente, añade los trozos de pollo y dóralos uniformemente por todos lados. Este paso no solo sella los jugos del pollo, sino que también aporta un color dorado que mejora la presentación y el sabor. Retira el pollo de la sartén y resérvalo.
En la misma sartén, agrega los ajos picados y cocínalos a fuego medio hasta que estén dorados y fragantes. Este paso toma entre 2 y 3 minutos, pero es importante no quemar el ajo para evitar sabores amargos.
Regresa los trozos de pollo a la sartén y mézclalos con los ajos dorados. Vierte el vino blanco sobre el pollo, asegurándote de que cubra los ingredientes de manera uniforme.
Reduce el fuego a medio-bajo y cocina el pollo en la salsa durante unos 20-25 minutos. Durante este tiempo, el vino se reducirá, concentrando su sabor y formando una salsa espesa y aromática. Remueve ocasionalmente para evitar que los ajos se peguen y se quemen.
Cuando el pollo esté tierno y la salsa haya alcanzado la consistencia deseada, retira la sartén del fuego. Deja reposar el plato unos minutos antes de servir para que los sabores se asienten.
Para un toque más aromático, puedes añadir una hoja de laurel o una ramita de tomillo fresco mientras se cocina el pollo.
Si prefieres un sabor más intenso, utiliza vino blanco con notas afrutadas o secas.
Este plato se conserva perfectamente en el refrigerador hasta por 2 días. Recalienta a fuego lento para mantener la textura y el sabor.
El pollo al ajillo es un verdadero clásico que encarna la esencia de la cocina española: ingredientes simples, técnica fácil y sabores extraordinarios. Ya sea que lo sirvas con arroz blanco, patatas doradas o un pan rústico para mojar en la deliciosa salsa, este plato es una apuesta segura para impresionar a tus invitados o disfrutar de una comida casera reconfortante.
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