Descripción

En el vasto mundo de la repostería, a veces lo más simple es lo más exquisito. Hoy te presento una receta que encarna la pureza de lo esencial, demostrando que con solo tres ingredientes básicos —harina, azúcar y manteca— puedes crear un manjar que deleitará a todos. Esta receta es tan sencilla que incluso un niño podría prepararla, lo que la convierte en una excelente opción para quienes están comenzando en la cocina o simplemente buscan una preparación rápida y deliciosa. ¡No dejes de guardarla, porque te aseguro que querrás repetirla una y otra vez!

Ingredientes

• 1/4 taza de azúcar: Aporta la dulzura justa para equilibrar la riqueza de la manteca y darle a las galletas su característico sabor.
• 1 taza de harina refinada: La base de la masa, que le da cuerpo y estructura a las galletas.
• 85 gramos de manteca: Utiliza manteca a temperatura ambiente para que sea fácil de trabajar y se integre perfectamente con el azúcar y la harina.

Modo de preparación

Paso 1: Precalentar el Horno
Antes de comenzar con la masa, precalienta tu horno a 250 grados Celsius. Es crucial que el horno esté bien caliente cuando coloques las galletas para asegurar una cocción uniforme y que adquieran ese hermoso color dorado que buscamos.

Paso 2: Preparar la Manteca
En el recipiente de un procesador de alimentos, coloca la manteca y mezcla durante 2 a 3 minutos. Este paso es importante porque ablanda la manteca y la prepara para mezclarse de manera homogénea con los demás ingredientes. Si no tienes un procesador de alimentos, puedes usar una batidora eléctrica o hacerlo manualmente con una espátula, aunque requerirá un poco más de esfuerzo.

Paso 3: Incorporar el Azúcar
Una vez que la manteca tenga una textura suave, añade el azúcar y continúa batiendo hasta que la mezcla sea homogénea. El azúcar no solo endulzará las galletas, sino que también contribuirá a su textura crujiente, creando un contraste delicioso con la suavidad de la manteca.

Paso 4: Añadir la Harina
Ahora es el momento de incorporar la harina a la mezcla de manteca y azúcar. Hazlo en varias etapas, mezclando bien después de cada adición. Trabaja la masa hasta que todos los ingredientes estén perfectamente combinados y la masa tenga una consistencia uniforme. Este paso es crucial para garantizar que las galletas tengan una textura agradable y se cocinen de manera uniforme.

Paso 5: Formar la Masa
Una vez que la masa esté lista, reúne la masa con las manos secas y dale forma, enrollándola hasta que se convierta en un bollo uniforme. Luego, envuélvela en film transparente y métela en la heladera durante al menos 20 a 30 minutos. Este paso es fundamental porque permite que la masa se asiente, lo que facilita su manipulación y asegura que las galletas mantengan su forma durante la cocción.

Paso 6: Formar las Galletas
Después de que la masa haya reposado en la heladera, sácala y colócala en una superficie ligeramente enharinada. Con los dedos, corta pequeños trozos de masa y forma discos aplanados de aproximadamente 1 cm de altura. Colócalos en una bandeja para hornear cubierta con papel de aluminio, dejando un pequeño espacio entre cada galleta para que se expandan ligeramente al hornearse.

Paso 7: Hornear
Lleva las galletas al horno precalentado a 220°C y hornéalas durante 8-10 minutos. El tiempo de horneado puede variar ligeramente según el tamaño y grosor de las galletas, así que vigílalas para asegurarte de que no se quemen. Estarán listas cuando presenten un hermoso tono dorado en la superficie.

Paso 8: Enfriar y Disfrutar
Una vez que las galletas estén cocidas, retíralas del horno y colócalas en una rejilla para que se enfríen. Es importante dejarlas enfriar completamente antes de almacenarlas, para que mantengan su textura crujiente.

Consejos y Conclusión

Añade el toque final: Si quieres llevar tus galletas a otro nivel, derrite un poco de chocolate y rocíalo sobre ellas una vez que estén frías. También puedes decorarlas con pasta de azúcar para darles un toque especial.

Almacena con cuidado: Guarda las galletas enfriadas en un recipiente hermético para conservar su frescura y textura. De esta manera, podrás disfrutarlas durante varios días, aunque te advierto que probablemente no duren tanto.

Sirve con estilo: Estas galletas son perfectas para disfrutar en cualquier momento del día. Sírvelas con una taza de té o café, o acompáñalas con una bola de helado y un poco de fruta fresca para un postre sencillo pero delicioso.

Esta receta es la prueba de que la simplicidad puede ser extraordinaria. Con solo tres ingredientes básicos —harina, azúcar y manteca— puedes crear unas galletas deliciosas que conquistarán a todos. Su preparación es tan sencilla que incluso los más pequeños de la casa pueden participar, haciendo de este un proyecto perfecto para compartir en familia.

Guarda esta receta, porque una vez que la pruebes, se convertirá en uno de tus imprescindibles en la cocina. No hay nada como el aroma de galletas recién horneadas para llenar de calidez y dulzura tu hogar. ¡Disfruta cada bocado y comparte la felicidad con quienes más quieres!