Descripción

Mi tía Sara solía hacer algunos de los pasteles más deliciosos que he probado en mi vida. El aroma de su cocina invadía toda la casa, y antes de que te dieras cuenta, ya estábamos alrededor del horno, esperando con impaciencia que salieran esas delicias doradas y esponjosas. Los recuerdos de aquellos días son tan intensos que casi puedo saborear cada bocado, y no exagero cuando digo que, una vez que probabas sus pasteles, no podías dejar ni una migaja en el plato.

Hoy quiero compartir con ustedes una receta que mi tía hacía con frecuencia. Es una mezcla perfecta de canela, vainilla y un toque de crema de leche que hacen que este pastel sea esponjoso y lleno de sabor. Además, es muy fácil de preparar, por lo que es ideal para cualquier ocasión, desde una tarde de café hasta una celebración especial. Estoy segura de que una vez que lo pruebes, este pastel se convertirá en uno de tus favoritos, tal como lo fue para nuestra familia.

Ingredientes

• 50 g de manteca (a temperatura ambiente)
• 65 g de azúcar
• 60 g de crema de leche
• 2 ml de extracto de vainilla
• 1 huevo
• 1 cucharadita de polvo para hornear
• 200 g de harina de trigo
• 1 cucharada de canela en polvo
• 1 pizca de sal

Modo de preparación

reparar los ingredientes: Antes de comenzar, asegúrate de que la manteca esté a temperatura ambiente para que sea más fácil mezclarla. También, tamiza la harina junto con el polvo para hornear, la canela y la pizca de sal en un bol separado. Esto ayudará a que el pastel quede más esponjoso y con una textura uniforme.

Mezclar la manteca y el azúcar: En un bol grande, coloca la manteca junto con 40 gramos de azúcar. Con la ayuda de una batidora o un batidor manual, mezcla ambos ingredientes hasta obtener una consistencia cremosa y de color más claro. Este paso es crucial para incorporar aire en la mezcla y darle ligereza al pastel.

Agregar los ingredientes líquidos: Una vez que tengas la mezcla cremosa, agrega la crema de leche y el extracto de vainilla. Mezcla bien hasta que todos los ingredientes estén bien integrados. A continuación, añade el huevo y continúa batiendo hasta que la masa sea homogénea.

Incorporar los ingredientes secos: Poco a poco, comienza a agregar la mezcla de harina, polvo para hornear, canela y sal. Hazlo en tandas pequeñas, mientras sigues batiendo a baja velocidad o mezclando a mano con una espátula. Es importante no batir en exceso en este punto para evitar que el pastel quede duro.

Formar y hornear los pasteles: Una vez que la masa esté lista, puedes optar por hacer pasteles individuales o un solo pastel grande. Si decides hacer porciones individuales, divide la masa en pequeñas porciones y colócalas en moldes previamente engrasados. Si haces un pastel grande, simplemente vierte la masa en un molde para hornear, asegurándote de nivelar bien la superficie.

Horneado: Precalienta el horno a 180°C y coloca los moldes en el centro del horno. Hornea durante aproximadamente 20-25 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio. El tiempo de horneado puede variar ligeramente dependiendo del tamaño de los pasteles, así que vigílalos para asegurarte de que no se quemen.

Decorar y servir: Una vez que los pasteles estén listos, retíralos del horno y déjalos enfriar sobre una rejilla. Cuando estén completamente fríos, puedes espolvorearles azúcar glas o canela por encima para darle un toque extra de dulzura.

Consejos y Conclusión

Variaciones: Si deseas agregar más textura, puedes incorporar frutos secos como nueces picadas o pasas a la mezcla. También puedes añadir una capa de azúcar moreno mezclado con canela en la parte superior antes de hornear para darle un toque caramelizado.

Conservación: Este pastel se conserva muy bien en un recipiente hermético durante unos 3 días a temperatura ambiente. Si prefieres, puedes refrigerarlo y calentarlo ligeramente antes de comer para que mantenga su esponjosidad.

Acompañamientos: Este pastel es perfecto para acompañar una taza de café o té. También puedes servirlo con un poco de crema batida o helado para un toque más indulgente.

Hacer estos pasteles me hace recordar aquellos momentos en la cocina de mi tía Sara, donde el olor a canela y vainilla llenaba el aire, y cada bocado era un recordatorio de la calidez del hogar. Esta receta es una forma sencilla de llevar esos recuerdos a tu propia cocina. Estoy segura de que disfrutarás tanto haciéndola como compartiéndola con tus seres queridos. No olvides dejar un comentario si decides probarla, ¡me encantaría saber cómo te fue!