Descripción

Imagina el aroma que invade tu cocina mientras preparas estos exquisitos ñoquis de avena y acelga, una receta que es un verdadero homenaje a las tradiciones familiares de nuestro hogar. Los ñoquis, esas pequeñas delicias de pasta suave, son perfectos para una comida reconfortante y son ideales para disfrutar tanto en familia como con amigos. Esta receta, que viene directamente de la experiencia de la abuela, no solo es fácil de seguir, sino que también es una forma maravillosa de aprovechar ingredientes frescos y nutritivos que seguramente tienes a mano. Lo mejor de todo es que estos ñoquis combinan la salud de la avena y la acelga con la cremosidad de la ricota, creando un plato delicioso y sustancioso que dejará a todos pidiendo más.

Ingredientes

• 250 gramos de ricota
• 2 claras de huevo
• 80 gramos de salvado de avena
• 1 atado de acelga
• 60 gramos de leche en polvo
• Sal, pimienta negra y nuez moscada al gusto
• Queso rallado al gusto

Modo de preparación

El primer paso en esta deliciosa aventura culinaria es preparar la acelga. Asegúrate de lavarla bien, quitando cualquier impureza que pueda tener. Una vez que esté lista, ponla en una olla con un poco de agua y una pizca de sal. Cocínala a fuego medio hasta que notes que las hojas están suaves y tiernas. Esto ayudará a que los sabores se mezclen maravillosamente cuando combine todos los ingredientes.

Cuando la acelga esté cocinarla, retírala del fuego y escurre el exceso de agua. Para facilitar este proceso, puedes utilizar un colador. Si la acelga está muy caliente, déjala enfriar un poco, pero asegúrate de quitarle el agua en exceso, ya que esto es fundamental para que la mezcla no quede demasiado húmeda.

Ahora es el momento de unir la acelga con los otros ingredientes. Lleva la acelga escurrida a un procesador de alimentos y añádele la ricota, las claras de huevo y la leche en polvo. Con el procesador en marcha, mezcla a una velocidad media hasta lograr una pasta homogénea. La clave aquí es asegurarte de que todos los ingredientes se integren de manera uniforme para obtener la mejor textura posible.

Después de aproximadamente tres minutos de procesamiento, es el turno de añadir el salvado de avena, junto con la nuez moscada, la sal y la pimienta negra. Continúa procesando hasta que todos los ingredientes estén completamente combinados.

Una vez que la mezcla esté lista, es hora de sacarla del procesador y llevarla a la mesa de trabajo. Espolvorea un poco de harina si la masa está demasiado húmeda, esto evitará que se te pegue a las manos mientras la manipulas. Amasa la mezcla suavemente hasta que la masa se mantenga unida y tenga una textura suave.

Cuando estés satisfecho con la textura de la masa, forma un rollo largo, asegurándote de que tenga un grosor uniforme. Luego, corta pequeños trozos de masa que serán los ñoquis. Puedes ayudarte con tu dedo para medir que cada trozo sea del tamaño adecuado, asegurándote de que todos tengan una forma similar.

Ahora, con la ayuda de un tenedor o una ñoquera, dale forma a cada trozo de masa. Presiona ligeramente cada pieza contra el tenedor para crear esa forma clásica de los ñoquis, que no solo se ve bien, sino que también ayuda a que la salsa se adhiera mejor.

Una vez que todos tus ñoquis estén formados, colócalos en una bandeja y refrigéralos durante unos minutos. Este pequeño descanso ayudará a que mantengan su forma durante la cocción. Mientras tanto, llena una olla grande con agua y agrega una buena cantidad de sal. Lleva el agua a ebullición, asegurándote de que esté bien caliente antes de añadir los ñoquis.

Cuando el agua comience a hervir vigorosamente, agrega los ñoquis con cuidado. Cocina durante uno o dos minutos, solo hasta que floten a la superficie. Esto es una señal de que están cocidos y listos para disfrutar. Utiliza una espumadera para sacar los ñoquis del agua y escurrir el exceso de líquido.

Finalmente, coloca los ñoquis en un plato y cúbrelos con una abundante cantidad de queso rallado. La riqueza del queso derretido combinada con los sabores suaves de la ricota y la acelga crea una experiencia culinaria que es verdaderamente deliciosa.

Consejos y Conclusión

Si deseas personalizar aún más esta receta, considera agregar tus hierbas frescas favoritas o un toque de ajo picado a la mezcla antes de formar los ñoquis. Las posibilidades son infinitas, y no hay límite para la creatividad en la cocina. Experimenta y encuentra la combinación de sabores que más disfrutas.
Los ñoquis de avena y acelga son más que un simple plato; son una forma de conectar con las raíces de la cocina casera, donde los ingredientes frescos y nutritivos dan vida a las recetas que han pasado de generación en generación. Disfrutar de estos ñoquis, ya sea en una cena familiar o como parte de un encuentro con amigos, seguramente se convertirán en un favorito. Así que prepáralos con amor y saborea cada bocado. ¡Buen provecho!