Descripción

¿Alguna vez has soñado con hacer tu propio queso en casa? Con esta receta de queso fresco casero, puedes hacerlo de manera fácil y rápida con solo tres ingredientes. El queso fresco es suave, cremoso y perfecto para acompañar ensaladas, tostadas, o como complemento de cualquier plato. Además, es una excelente opción si deseas evitar los productos procesados y disfrutar de un queso hecho por ti mismo. ¡Vamos a preparar este delicioso queso fresco en casa!

Ingredientes

• 1 litro de leche (entera o parcialmente descremada)
• ¼ taza de vinagre blanco o jugo de limón
• 1 cucharadita de sal (opcional, al gusto)

Modo de preparación

Paso 1: Calentar la leche Coloca la leche en una olla grande y caliéntala a fuego medio. Remueve ocasionalmente para evitar que se pegue al fondo de la olla. La leche debe alcanzar una temperatura de unos 85°C (185°F), justo antes de hervir, pero sin dejar que hierva completamente. Si no tienes un termómetro, puedes observar cuando empiece a formar burbujas en los bordes, lo que indicará que está lo suficientemente caliente.

Paso 2: Añadir el ácido Una vez que la leche haya alcanzado la temperatura deseada, retírala del fuego y añade el vinagre o el jugo de limón. Remueve suavemente para que el ácido se mezcle bien con la leche. Verás cómo la leche comienza a cuajar de inmediato, separándose en cuajos (la parte sólida) y suero (la parte líquida). Deja reposar la mezcla durante 5 a 10 minutos para permitir que el proceso de cuajado se complete.

Paso 3: Escurrir el queso Coloca un colador grande sobre un recipiente y cúbrelo con una tela de queso (o una gasa fina). Vierte la mezcla cuajada en el colador y deja que el suero se escurra. Dependiendo de la consistencia que desees para tu queso, puedes dejarlo escurrir entre 15 y 20 minutos. Para un queso más suave y cremoso, escúrrelo menos tiempo, y si prefieres un queso más firme, déjalo escurrir más tiempo.

Paso 4: Añadir sal (opcional) Si prefieres que tu queso fresco tenga un toque de sabor extra, añade 1 cucharadita de sal al queso después de escurrirlo. Mezcla bien para que la sal se distribuya de manera uniforme. Este paso es opcional, ya que el queso fresco sin sal también es delicioso, pero la sal realza su sabor y lo convierte en un acompañamiento más versátil.

Paso 5: Reposar y refrigerar Transfiere el queso fresco a un recipiente hermético y refrigéralo. Puedes disfrutarlo inmediatamente, pero sabe aún mejor después de unas horas en el refrigerador, cuando los sabores se asientan y la textura se vuelve más firme

Consejos y Conclusión

Bonus-Tip: Si deseas darle un toque especial a tu queso fresco, puedes añadir hierbas frescas picadas como perejil, albahaca o cebollino, justo después de escurrirlo. También puedes incorporar especias como pimienta negra, ajo en polvo o una pizca de pimentón para darle un sabor único. Este queso fresco se puede personalizar fácilmente según tus gustos y preferencias.

Conclusión: Hacer queso fresco en casa es sorprendentemente fácil y te permite disfrutar de un producto fresco, natural y sin aditivos. Con solo leche, un ácido como el vinagre o el limón, y una pizca de sal, puedes crear un queso delicioso en poco tiempo. Ya sea que lo uses en ensaladas, sobre tostadas o como acompañamiento en tus platos favoritos, este queso fresco será un éxito en tu cocina. ¡Anímate a probarlo y disfruta de la satisfacción de hacerlo tú mismo! ¡Buen provecho!