No hay nada más reconfortante que un plato de papas gratinadas, especialmente cuando se complementa con jamón y una capa cremosa de salsa blanca. Esta receta es perfecta para servir como guarnición o incluso como plato principal en una comida especial. La combinación de las papas, con la cremosidad de la salsa y el toque salado del jamón y el queso gratinado, crea una experiencia gastronómica irresistible. Y lo mejor de todo es que ¡es muy fácil de preparar! Con ingredientes que probablemente ya tienes en tu cocina, en pocos pasos tendrás una comida deliciosa lista para disfrutar. ¡Vamos al paso a paso!
Comienza preparando las papas. Pela 4 papas medianas y córtalas en cubos de tamaño uniforme. Este paso es esencial para asegurarte de que las papas se cocinen de manera uniforme.
Corta 200g de jamón en cubos pequeños. Puedes usar jamón fresco o restos de una comida anterior.
Corta una cebolla mediana. Lo ideal es que sean trozos pequeños, para que queden bien distribuidos y liberen todo su sabor al sofreírse.
En una sartén, añade suficiente aceite de oliva (aproximadamente 2 cucharadas) y calienta a fuego medio.
Cuando el aceite esté caliente, añade los cubos de jamón y la cebolla picada. Sofríe hasta que la cebolla esté dorada y el jamón ligeramente crujiente. Reserva esta mezcla para después.
Ahora, en una cacerola aparte, añade 2 cucharadas de mantequilla y deja que se derrita completamente a fuego bajo.
Con la mantequilla derretida, agrega 2 cucharadas de harina, mezclando constantemente para crear un roux (la base de la salsa blanca).
Poco a poco, ve añadiendo 500ml de leche a la mezcla de mantequilla y harina. Agrega la leche de manera gradual, mezclando siempre para evitar que se formen grumos en la salsa.
Sigue removiendo bien la mezcla hasta que la salsa espese y se vuelva cremosa.
Añade sal a la mezcla al gusto.
Agrega orégano a gusto para darle un toque de frescura al plato.
Finaliza el sazón con un poco de pimienta negra molida. Este toque equilibrará la cremosidad de la salsa con un ligero toque picante.
En un recipiente de vidrio o refractario que pueda ir al horno, vierte una capa de la salsa blanca preparada.
Coloca las papas cortadas encima de la salsa blanca, distribuyéndolas de manera uniforme.
Luego, añade la mezcla de jamón y cebolla que sofreíste anteriormente, esparciéndola encima de las papas.
Añade otra capa de salsa blanca sobre la mezcla de papas, jamón y cebolla, cubriendo bien los ingredientes.
Para finalizar, espolvorea queso rallado por encima a gusto. Cuanto más queso, más gratinado y delicioso quedará el plato.
Lleva al horno precalentado a 180°C por aproximadamente 30 minutos, o hasta que el queso esté derretido y ligeramente dorado. Ahora solo queda sacar del horno y servir.
Si quieres darle al plato aún más sabor y una capa extra de crocancia, añade un poco de pan rallado mezclado con queso parmesano rallado por encima antes de llevarlo al horno. Esto creará una costra dorada irresistible que contrastará maravillosamente con la cremosidad del interior del plato.
Estas papas gratinadas con jamón son el tipo de plato que agrada a todos los paladares. Con una textura cremosa y sabores equilibrados, es perfecto para una comida en familia o incluso para impresionar en una cena especial. El tiempo de preparación es corto, pero el resultado final es tan sabroso que parecerá que has pasado horas en la cocina. ¡El toque del queso gratinado al horno es lo que hace toda la diferencia, asegurando una cobertura crujiente que encantará a todos!