Si estás buscando una receta práctica y deliciosa para preparar una pechuga de pollo jugosa y crujiente, ¡esta es la opción perfecta! Esta versión de la clásica pechuga de pollo empanada se enriquece con queso parmesano, ajo y hierbas frescas, lo que da como resultado un plato aromático y lleno de sabor. La preparación es sencilla, pero el resultado final sorprende por su sabor y textura. Ideal para una comida rápida durante la semana o incluso para impresionar en una cena especial. Con pocos ingredientes, podrás transformar el pollo en un plato delicioso y reconfortante.
Comienza preparando la pechuga de pollo. Corta la pechuga por la mitad horizontalmente, creando dos piezas más finas. Esto ayudará a reducir el tiempo de cocción y a que el pollo quede jugoso y tierno.
Envuelve cada pieza de pollo con film plástico o colócala entre dos hojas de papel pergamino y golpea suavemente con un mazo de cocina o un rodillo para aplanarlas. Este proceso garantiza que el pollo se cocine de manera uniforme y quede más tierno.
En un recipiente, coloca la harina. Pasa cada pieza de pollo por la harina, cubriendo todos los lados. La harina ayuda a crear una base para el empanado y a darle una textura crujiente.
En otro recipiente, rompe los 2 huevos y añade la sal, la pimienta, el ajo molido, las hierbas frescas y el queso parmesano rallado. Mezcla bien todos los ingredientes hasta formar una mezcla homogénea.
Sumerge los trozos de pollo enharinados en la mezcla de huevos y condimentos, asegurándote de que queden bien cubiertos con esta mezcla llena de sabor.
Calienta una sartén a fuego medio y úntala con 1 cucharada de margarina. Cuando la margarina se derrita y comience a burbujear, coloca las piezas de pollo empanadas en la sartén.
Fríe los trozos de pollo durante unos 3 a 4 minutos por cada lado, o hasta que estén dorados y crujientes. Una vez fritos, retira el pollo de la sartén y resérvalo en un plato.
En la misma sartén, sin lavarla, añade 1 cucharada de margarina adicional y el cubo de caldo de pollo desmenuzado. Luego, añade los 4 dientes de ajo molido y sofríe hasta que el ajo empiece a dorarse y a liberar su aroma.
Añade las hierbas frescas picadas y mezcla bien para que todos los sabores se integren. En este momento, puedes volver a poner el pollo en la sartén para que absorba los sabores del caldo y del ajo salteado.
Deja que el pollo se fría por unos minutos más, solo para que absorba bien la salsa de ajo y quede aún más sabroso.
¡Tu deliciosa pechuga de pollo empanada está lista para servirse! Crujiente por fuera, jugosa por dentro y con un toque irresistible de queso parmesano y ajo.
Para darle un toque aún más especial a este plato, puedes sustituir la margarina por mantequilla. La mantequilla aporta una riqueza extra al salteado de ajo, haciendo que el plato sea aún más aromático. Además, para quienes disfrutan de un sabor más intenso, una pizca de nuez moscada en la mezcla de huevo y parmesano puede ser el detalle que marque la diferencia. Sirve el pollo acompañado de un puré de papas cremoso o una ensalada fresca para una comida completa y equilibrada.
Esta receta de pechuga de pollo empanada es un claro ejemplo de cómo los ingredientes simples, cuando se combinan bien, pueden resultar en un plato lleno de sabor. El proceso de empanado y fritura crea una textura crujiente deliciosa, mientras que el parmesano y el ajo añaden un toque único que agrada a todos los paladares. Perfecta para una cena familiar o una comida rápida, esta receta seguramente se convertirá en un clásico en tu cocina. ¡Prepárala hoy mismo y sorpréndete con el resultado!