¿A quién no le encanta una buena omelette? Versátil, práctica y rápida de preparar, la omelette es la opción perfecta para aquellos que buscan una comida sabrosa en pocos minutos. La combinación de huevos, tomate, jamón y queso es un verdadero clásico, pero en esta receta le daremos un toque especial con hierbas frescas y el delicioso aroma del orégano. Con ingredientes que probablemente ya tengas en tu cocina, este plato es ideal tanto para el desayuno como para un almuerzo ligero o una cena rápida. ¡Vamos con el paso a paso!
Comienza lavando bien los 2 tomates. Luego, córtalos en rodajas finas. Los tomates aportan una acidez suave que contrasta perfectamente con el sabor de los huevos y el queso, dándole a la omelette un sabor fresco y delicioso.
Rompe los 3 huevos en un bol de tamaño mediano. Asegúrate de que no caigan cáscaras. Esta cantidad de huevos será suficiente para una omelette generosa.
Añade una cucharada de sal y un poco de perejil fresco y cebollino picados. Estas hierbas frescas aportan un toque de frescura y un aroma irresistible a la omelette. Bate bien los huevos con un tenedor o batidor hasta que estén completamente mezclados y esponjosos.
En una sartén antiadherente, agrega una cucharada de margarina o mantequilla y caliéntala a fuego medio. Cuando la margarina se derrita y esté caliente, añade las rodajas de tomate y sofríelas durante unos 2 minutos. Este paso es importante para liberar los jugos de los tomates, intensificando su sabor y suavizando su textura.
Con los tomates ya sofritos, vierte la mezcla de huevos batidos sobre ellos, asegurándote de que el líquido cubra toda la sartén. Este será el inicio de la formación de la omelette. Deja que los huevos se cocinen durante unos segundos, hasta que comiencen a cuajar ligeramente en los bordes.
Espolvorea el jamón en cubos sobre los huevos aún líquidos. El jamón le da un toque salado y una textura agradable a la omelette, equilibrando perfectamente con el resto de los ingredientes.
Ahora, agrega 100g de queso mozzarella rallado o en lonchas por encima de la mezcla de huevos y jamón. El queso se derretirá y aportará una textura cremosa irresistible. Para finalizar, espolvorea orégano al gusto. El orégano añadirá un toque aromático que combina maravillosamente con el tomate y el queso, transformando tu omelette en una explosión de sabor.
Deja que la omelette se cocine a fuego lento, sin revolver, hasta que los huevos estén completamente cocidos y el queso se haya derretido. Si es necesario, da vuelta la omelette con cuidado para asegurarte de que ambos lados queden dorados y cocidos de manera uniforme.
Una vez que la omelette esté lista, apaga el fuego y deslízala cuidadosamente en un plato. ¡Tu deliciosa omelette de tomate, jamón y queso está lista para ser servida! Sírvela caliente y, si lo prefieres, decora con un poco más de perejil picado.
Si deseas hacer tu omelette aún más nutritiva y sabrosa, prueba agregar otros ingredientes como espinacas, champiñones o pimientos. Estos ingredientes aportarán color y nutrientes extra al plato sin complicar su preparación. Para darle un toque crujiente, también puedes mezclar picatostes finamente picados en la mezcla de huevos antes de cocinarla, creando una textura interesante en el resultado final.
Esta omelette de tomate, jamón y queso es la combinación perfecta de practicidad y sabor. Ideal para quienes desean una comida rápida sin renunciar al buen gusto, es versátil y puede servirse en cualquier momento del día. El uso de ingredientes simples y frescos garantiza que el resultado final sea ligero pero satisfactorio. Con el toque del orégano y la cremosidad del queso mozzarella derretido, este plato seguramente conquistará a todos. ¡Prueba esta receta y dale más sabor y creatividad a tu menú diario!