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Como hacer salame de pollo ¡Receta paso a paso! ¡Nuevo!

Como hacer salame de pollo ¡Receta paso a paso! ¡Nuevo!

Descripción

¿Alguna vez has pensado en la satisfacción de preparar un salame casero, cargado de sabores auténticos y la certeza de que cada bocado es hecho con amor? El salame de pollo es una delicia ideal para compartir con amigos y familiares, perfecto como aperitivo o para enriquecer una comida. En esta receta, te guiaré paso a paso para que puedas crear tu propio salame de pollo de manera sencilla y deliciosa. Este platillo, con orígenes en la tradición culinaria de embutidos, se adapta perfectamente a diferentes paladares y es una alternativa saludable y atractiva a otros embutidos. Con ingredientes frescos y un poco de paciencia, podrás disfrutar de un salame jugoso y sabroso que hará las delicias de todos.

La preparación del salame de pollo puede parecer intimidante al principio, pero te aseguro que con esta receta se convertirá en una actividad placentera en tu cocina. Invita a tus seres queridos a participar y disfruta de la experiencia de trabajar juntos en este delicioso proyecto. Ya sea que estés buscando un platillo para un picnic, una reunión o simplemente un capricho en casa, el salame de pollo se adaptará perfectamente a cualquier ocasión.

¡Comencemos con esta sabrosa preparación!

Ingredientes

Modo de preparación

Modo de preparación:
Para comenzar, es esencial asegurar que todos los ingredientes estén listos y a la mano. La preparación del salame puede ser un proceso simple pero requiere atención al detalle. A continuación, te explico cómo llevar a cabo cada fase del proceso, garantizando que tanto principiantes como cocineros experimentados puedan seguirlo sin dificultades.

Inicia cortando la pechuga de pollo en trozos grandes. El tamaño de los trozos no debe ser muy pequeño, ya que lo que buscamos es picar la carne en trozos que mantengan una buena textura una vez cocidos. Es preferible utilizar un cuchillo afilado para un corte limpio y seguro. Una vez que tengas los trozos, colócalos en un bol grande.

Luego, pasa a la preparación de los muslos de pollo. Retira la piel y los huesos de los 8 muslos, pero no deseches los huesos ni la piel, ya que los necesitaremos más adelante para hacer un caldo delicioso. Corta los muslos en trozos más pequeños y agrégales al mismo bol donde tienes la pechuga picada.

Es el momento de preparar un caldo que le dará sabor a nuestra mezcla de pollo. Coloca la piel y los huesos de los muslos en una olla grande y añade el litro de agua. Lleva esto a ebullición y cocina por aproximadamente 30 minutos, una vez que el agua haya empezado a hervir. Este caldo será esencial para impregnar de sabor la carne de pollo. Aprovecha este tiempo para disfrutar de los aromas que invaden la cocina.

Cuando el caldo ya esté listo, cuela el líquido para separar los huesos y la piel. Este caldo no solo dará sabor a tu salame de pollo, sino que también le brindará jugosidad. Condimenta la mezcla de pollo en el bol con sal al gusto y los dos dientes de ajo finamente picados. Este toque de ajo aportará una fragancia exquisita, además de realzar el sabor del plato.

A continuación, vierte aproximadamente 160 ml del caldo caliente en el bol con la pechuga y los muslos de pollo. Es importante mezclar bien para que las especias y el caldo se distribuyan de manera uniforme. Para mezclar, puedes usar tus manos (bien limpias, por supuesto) o una cuchara de madera. Es fundamental que todos los ingredientes se integren adecuadamente para que cada bocado tenga el sabor deseado.

Una vez que la mezcla esté bien combinada, cubre el bol con papel film y colócalo en la heladera. Dejar reposar en la heladera durante toda la noche es crucial, ya que esto permitirá que los sabores se intensifiquen y se mezclen perfectamente.

Al día siguiente, cuando estés listo para continuar con el proceso, comienza por cortar una bolsa para hornear. Debes asegurarte de que la bolsa sea lo suficientemente amplia para envolver bien el salame. Esparce el pimentón sobre la bolsa, lo que le dará un toque de color y un sabor adicional muy atractivo. Divide la mezcla de pollo en dos partes iguales. Esto facilitará el manejo y asegura que logres la forma deseada en cada salame.

Coloca la mitad de la mezcla de pollo en el centro de la bolsa para hornear. A continuación, comienza a enrollar la bolsa, asegurándote de que la mezcla quede bien compacta. Una vez que la hayas enrollado, cierra los extremos de la bolsa como si se tratara de un caramelo. Esto es esencial para apretar el salame y mantener la forma durante la cocción. Usa el hilo de cocina para atar ambos extremos firmemente. Es importante que esta atadura sea segura, ya que evitará que el contenido se derrame durante la cocción.

Repite el proceso anterior con la segunda parte de la mezcla de pollo. Ahora tendrás dos salames listos para cocinar.

Para la cocción del primer salame, coloca una de las piezas en una olla grande. Vierte suficiente agua en la olla para cubrir completamente el salame de pollo. Lleva al fuego y, una vez que el agua empiece a hervir, reduce la temperatura y cocina a fuego lento durante 60 minutos. Este método de cocción a fuego lento asegurará que el salame se mantenga jugoso y cocinado de manera uniforme.

Por otro lado, el segundo salame será horneado. Precalienta tu horno a 180ºC. Coloca el salame en una bandeja para hornear y cocina durante 60 minutos. Durante este tiempo, el horno sellará la carne, realzando todos esos deliciosos sabores que has combinado previamente.

Una vez que ambos salames hayan terminado de cocinarse, es fundamental dejarlos enfriar adecuadamente. Retíralos de su respectiva bolsa y colócalos en un lugar fresco. Lo ideal es dejarlos reposar durante 3 a 4 horas, lo que permite que se asienten los sabores y la textura se consolide.

Finalmente, cuando el tiempo de enfriamiento haya llegado a su fin, corta el hilo que asegura ambos salames y retira cuidadosamente la bolsa de horno. En este punto, podrás ver el hermoso color y la forma que han tomado. Al cortar el salame, serás sorprendido por su aroma y apariencia jugosa. Estoy seguro de que cada bocado será una explosión de sabor que disfrutarás en compañía de tus seres queridos.

Consejos y Conclusión

Consejo:
Una vez que hayas disfrutado de tu salame de pollo, es conveniente almacenar cualquier resto que pueda quedar. Puedes envolverlo en papel film y guardarlo en la heladera, donde se mantendrá fresco durante varios días. Si deseas prolongar su vida útil, considera la opción de congelarlo; de esta manera, podrás disfrutar de una porción deliciosa en otro momento.

Si buscas una variación en la receta, puedes experimentar añadiendo nuez moscada, hierbas frescas como el romero o el tomillo, o incluso un toque de queso rallado a la mezcla de pollo. Esto transformará la receta a tu manera, adaptándola a tus gustos y preferencias. Además, para una presentación especial, corta el salame en rodajas finas y sírvelo con pan fresco, queso y un chutney agridulce.

Conclusión:
Hacer salame de pollo en casa es una experiencia gratificante y divertida que te conecta con la esencia de la cocina tradicional. No solo disfrutas del resultado final, que es una delicia verdaderamente única, sino que también te regalas momentos de alegría en la cocina. Espero que esta receta haya despertado en ti la curiosidad y el deseo de intentarlo, así como el placer de compartir una comida hecha con tus propias manos.

Si esta receta te ha inspirado, te animo a explorar más opciones en nuestra página. Te invitamos a descubrir recetas variadas que van desde platos principales hasta deliciosos postres. No dudes en compartir esta receta con amigos y familiares y, si decides intentar hacer tu propio salame de pollo, cuéntanos tu experiencia. ¡Buen provecho!

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