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Así es como hago mi mermelada con 2 naranjas y 1 zanahoria: cuando digo que no tiene azúcar nadie me cree

Así es como hago mi mermelada con 2 naranjas y 1 zanahoria: cuando digo que no tiene azúcar nadie me cree

Descripción

La mermelada casera es un tesoro culinario que nos transporta a la infancia, a recuerdos de desayunos reconfortantes y meriendas en familia. ¿Y qué mejor manera de disfrutar de esta deliciosa tradición que con una receta que combina la frescura de las naranjas y la dulzura natural de la zanahoria? Esta mermelada, que he aprendido a preparar con cariño y dedicación, es una versión sin azúcar que te hará dudar de lo que es un buen sabor.

Las naranjas, esas frutas cítricas por excelencia, nos brindan un toque de acidez que armoniza perfectamente con la dulzura sutil de la zanahoria. Además, esta combinación ofrece un atractivo color dorado y un aroma irresistible que llenará tu cocina mientras se cocina. La mejor parte es que no necesitas recurrir a azúcares añadidos, ya que la zanahoria aporta la dulzura necesaria para deleitar tu paladar. Este es un plato ideal para quienes buscan opciones más saludables sin renunciar al sabor.

Prepárate para aprender a elaborar tu propia mermelada de naranja y zanahoria, y disfruta de un manjar que, además de ser nutritivo, resultará perfecto para untar en tostadas, acompañar quesos o incluso dar un toque especial a tus postres. ¡Vamos a sumergirnos en el mundo de la mermelada casera!

Ingredientes

Modo de preparación

La preparación de esta mermelada es un proceso sencillo, pero que requiere un poco de atención y amor, así que asegúrate de tener todo listo antes de comenzar.

Primero, comenzamos con el lavado. Es fundamental asegurarnos de que tanto las naranjas como las zanahorias estén bien limpias, ya que esto garantizará que nuestra mermelada final sea lo más sabrosa y saludable posible. Para ello, coloca las frutas y la zanahoria bajo agua corriente fría. Frotar suavemente la superficie de las naranjas y la piel de la zanahoria ayudará a eliminar cualquier residuo de tierra o impurezas.

Una vez que las frutas estén limpias, procederemos a pelar las naranjas. Corta la parte superior e inferior de cada naranja para que estén más estables sobre la tabla de cortar. Luego, con un cuchillo afilado, quita la cáscara siguiendo la curva natural de la fruta, asegurándote de eliminar la parte blanca, conocida como albedo, que puede resultar amarga. Lo que queremos es obtener la pulpa jugosa y dulce.

Después de pelar las naranjas, córtalas en trozos pequeños. Esto facilitará su cocción posterior y permitirá que su sabor se libere rápidamente. Ahora, pasemos a la zanahoria. Con un pelador, quita la piel de la zanahoria y después córtala en rodajas finas. Si deseas aumentar la textura, puedes optar por rallarla en lugar de cortarla, lo que ayudará a que se mezcle más fácilmente con las naranjas.

Con ambos ingredientes listos, agrega las naranjas y la zanahoria a una sartén amplia. Es importante elegir una sartén de base gruesa, ya que esto ayuda a distribuir el calor de manera uniforme y evita que la mezcla se pegue o se queme. Vierte suficiente agua en la sartén para cubrir tanto la naranja como la zanahoria. La cantidad de agua dependerá del tamaño de las frutas; sin embargo, asegúrate de no sobrepasar el nivel, ya que esto podría diluir el sabor de la mermelada.

Coloca la sartén a fuego medio y deja que la mezcla se cocine de 20 a 30 minutos. Durante este tiempo, observarás cómo las frutas empezarán a ablandarse y desprenderán su rico jugo. Remueve ocasionalmente con una cuchara de madera para evitar que se pegue, y observa las burbujas que se forman a medida que se calienta la mezcla. La consistencia adecuada será cuando las frutas estén tiernas y puedas aplastarlas fácilmente con un tenedor.

Cuando llegue ese momento mágico, retira la sartén del fuego. Ahora es el momento de licuar la mezcla. Puedes utilizar una batidora de mano o una licuadora convencional. Si utilizas una licuadora, asegura que la mezcla no esté demasiado caliente para evitar accidentes de vapor. Procesa todo hasta obtener un puré homogéneo y suave. En este punto, es posible que desees probar la mezcla. Si sientes que le falta dulzura, puedes agregar azúcar al gusto. Recuerda que, al tratarse de una receta sin azúcar añadida, personalizar el nivel de dulzura es una excelente forma de ajustarla a tu paladar.

Después de incorporar el azúcar (si así lo decides), lleva nuevamente la mezcla a la sartén, pero esta vez a fuego lento. Cocínala entre 15 a 20 minutos más, revolviendo ocasionalmente. Es importante estar atento, ya que la mezcla comenzará a espesar. Para saber si la mermelada ha alcanzado la consistencia ideal, puedes hacer la prueba de "plato frío": coloca una pequeña cantidad de mermelada en un plato frío (puedes refrigerarlo previamente), inclina el plato y si la mermelada se mantiene en su lugar sin extenderse demasiado, está lista para ser envasada.

Retira la sartén del fuego y deja enfriar la mermelada a temperatura ambiente. Una vez fría, puedes pasarla a frascos de vidrio esterilizados y bien sellados. Asegúrate de haber lavado y hervido los frascos para eliminar cualquier bacteria y asegurar la conservación de tu exquisita mermelada.

Este proceso de envasado es crucial si planeas guardar la mermelada por un tiempo prolongado. Guarda los frascos en un lugar fresco y oscuro. Al abrir un frasco, consúmelo en un plazo de 3 a 4 semanas para disfrutar de su frescura.

Consejos y Conclusión

Si eres un amante de los sabores únicos, considera experimentar con esta receta. Por ejemplo, puedes añadir un poco de ralladura de limón o de naranja a la mezcla antes de triturarla. Esto intensificará el sabor cítrico y le dará un toque vibrante. También puedes probar a añadir un poco de canela en polvo o jengibre rallado para un resultado un poco especiado que aportará calidez y profundidad al paladar.

Además, aprovechar los frascos de mermelada que has preparado puede ser muy divertido. Úsalos como un relleno especial para pasteles, combínalos con queso crema y un toque de hierbas para crear un dip exquisito o úsalos como topping en postres como yogures o helados.

Si decides no utilizar azúcar, es posible que notes que la mermelada tiene una vida útil más corta, por lo que es recomendable conservarla en el refrigerador y consumirla dentro de un mes.

Preparar tu propia mermelada de naranja y zanahoria es una experiencia gratificante y deliciosa que transforma ingredientes simples en un verdadero manjar. La mezcla de frutas frescas que se funden en un tarro no solo sabe increíble, sino que también está repleta de nutrientes y amor, algo que se nota en cada bocado.

Espero que disfrutes tanto preparando esta mermelada como disfrutándola. Es la opción perfecta para embellecer tus desayunos y meriendas, y un bello regalo personalizado que siempre será bien recibido. Además, no olvides explorar más recetas en nuestro sitio. Hay un mundo de sabores esperándote, desde conservas de frutas exóticas hasta deliciosos postres que complementarán tus comidas.

¡Anímate a compartir esta receta con amigos y familiares y motívalos a probarla! Juntos podrán disfrutar de un momento único en la cocina, creando maravillas que llevarán su mesa a un nuevo nivel de sabor.

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