Esta receta de pechuga de pollo al horno rellena con queso mozzarella y tomate es perfecta para una cena rápida y deliciosa. Fácil de preparar, el plato combina la suavidad del pollo con el queso derretido y la ligera acidez del tomate, todo realzado por un toque especial de especias como el pimentón y el orégano. Es una opción práctica que no requiere mucho tiempo en la cocina, pero ofrece tanto sabor como elegancia, además de una presentación atractiva. Ideal para quienes desean una comida ligera pero llena de sabor.
Comienza tomando las dos pechugas de pollo y haciendo cortes transversales en la parte superior de cada una. Estos cortes deben ser lo suficientemente profundos para crear pequeños bolsillos que permitirán que el queso y el tomate se acomoden dentro del pollo. Ten cuidado de no cortar la pechuga completamente, ya que queremos conservar su forma para rellenarla.
Corta algunas rebanadas de queso mozzarella de grosor medio. Las rebanadas deben ser lo suficientemente gruesas para derretirse bien y cubrir el pollo, agregando una textura cremosa al plato. Recuerda que el queso se insertará en los cortes hechos en el pollo, por lo que las rebanadas deben caber fácilmente en estos espacios.
A continuación, corta el tomate en rebanadas en forma de medias lunas. Esta forma facilita colocar las rebanadas de tomate en los cortes del pollo. Al hornearse, el tomate soltará un poco de jugo, que se mezclará con el queso y el pollo, creando un sabor delicioso y jugoso.
En un recipiente pequeño, coloca las dos cucharadas de aceite de oliva. Este aceite se utilizará para untar el pollo, asegurando que se mantenga jugoso y sabroso. El aceite también ayuda a intensificar el sabor de las especias.
Agrega la sal, la pimienta negra, el pimentón y el orégano al aceite de oliva. Mezcla bien para que las especias se integren completamente con el aceite. Esta mezcla de especias dará un toque especial al plato, con el aroma del orégano, el color y la ligera picante del pimentón y el sabor inconfundible de la sal y la pimienta.
Ahora, con las especias y los ingredientes listos, comienza a montar el plato. Inserta las rebanadas de mozzarella en los cortes hechos en el pollo. Asegúrate de que el queso esté bien colocado y llene cada espacio, para que cada trozo tenga una parte de queso derretido.
Luego, coloca una rebanada de tomate en cada corte, junto con el queso. El tomate aporta frescura y acidez, equilibrando perfectamente la cremosidad de la mozzarella. Además, el jugo del tomate ayudará a mantener el pollo jugoso.
Precalienta el horno a 200°C. Coloca el pollo en una fuente para hornear y rocíalo con la mezcla de aceite de oliva y especias, esparciéndola bien para que cada pieza esté bien sazonada. Hornea durante aproximadamente 35 minutos o hasta que el pollo esté completamente cocido y el queso esté derretido y ligeramente dorado.
Después del tiempo en el horno, saca el pollo y déjalo reposar unos minutos antes de servir. El resultado es un plato delicioso, con una capa de queso derretido que cubre el pollo y el tomate que aporta frescura al sabor.
Para darle aún más sabor, prueba añadir unas hojas frescas de albahaca justo al sacar el pollo del horno. La albahaca aporta un toque aromático y refrescante, además de añadir un toque de color al plato. También puedes agregar algunas rodajas de cebolla o pimiento en los cortes del pollo para un sabor extra.
Esta receta de Pechuga de Pollo al Horno con Queso y Tomate es práctica y deliciosa, ideal para quienes buscan una cena rápida y llena de sabor. La combinación de queso derretido con tomate, aceite de oliva y especias transforma el pollo en un plato jugoso e irresistible. Fácil de hacer, esta receta es atractiva tanto por su sabor como por su presentación. Disfruta cada bocado de este pollo relleno y ten la seguridad de que será un éxito en tu mesa.