El bizcocho de limón con leche condensada es una delicia que combina la frescura cítrica del limón con la suavidad y dulzura de la leche condensada, resultando en un postre esponjoso y lleno de sabor. Este pastel es perfecto para acompañar una taza de té o café en la merienda, o como un postre ligero después de una comida. Su preparación es sencilla, lo que lo convierte en una excelente opción tanto para principiantes como para expertos en la repostería.
Preparación del horno y el molde:
Precalienta el horno a 180°C (350°F).
Engrasa y enharina un molde rectangular de aproximadamente 21 cm x 31 cm, o utiliza papel pergamino para facilitar el desmolde.
Mezcla de los ingredientes líquidos:
En un bol grande, bate los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla pálida y espumosa.
Añade el aceite y la leche, y continúa batiendo hasta que todos los ingredientes estén bien integrados.
Incorporación de la gelatina de limón:
Agrega el sobre de gelatina de limón a la mezcla líquida y bate hasta que se disuelva completamente, aportando sabor y color al bizcocho.
Adición de los ingredientes secos:
Tamiza la harina y el polvo de hornear juntos para evitar grumos.
Incorpora gradualmente la mezcla de harina a los ingredientes líquidos, mezclando con movimientos envolventes hasta obtener una masa homogénea.
Horneado:
Vierte la masa en el molde preparado, distribuyéndola de manera uniforme.
Hornea durante 30-35 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio.
Una vez listo, retira el bizcocho del horno y déjalo enfriar en el molde durante unos minutos antes de desmoldar y colocarlo sobre una rejilla para que se enfríe completamente.
Preparación de la cobertura:
En un bol, mezcla la leche condensada con el jugo de limón hasta obtener una crema suave y ligeramente espesa.
Una vez que el bizcocho esté completamente frío, vierte la cobertura sobre la superficie, permitiendo que se distribuya de manera uniforme.
Decoración:
Espolvorea la ralladura de limón sobre la cobertura para añadir un toque de color y realzar el sabor cítrico.
Para una presentación más elegante, puedes decorar el bizcocho con rodajas finas de limón confitado o frutas frescas como fresas o arándanos, que complementan perfectamente el sabor del limón. Además, si prefieres un bizcocho menos dulce, reduce la cantidad de azúcar a 3/4 de taza.
Este bizcocho de limón con leche condensada es una opción deliciosa y refrescante para cualquier ocasión. Su textura esponjosa y su equilibrado sabor entre lo dulce y lo ácido lo convierten en un postre irresistible. Anímate a prepararlo y sorprende a tus seres queridos con esta exquisitez casera. Para más recetas como esta, explora nuestro sitio y descubre una variedad de postres que deleitarán tu paladar. ¡Feliz horneado!