Los bollos de cuajada con azúcar glas son una auténtica delicia para quienes buscan un bocado dulce y esponjoso. Este tradicional postre destaca por su textura suave y su sabor delicado, potenciado por el toque especial del azúcar glas que los cubre. Perfectos para acompañar un café o té, estos bollos son ideales para meriendas, desayunos o incluso como un postre sencillo pero encantador. Además, su preparación es sencilla y permite disfrutar de un resultado casero que cautiva tanto a grandes como a pequeños.
Comienza preparando la masa. En un bol grande, mezcla la harina de trigo con el azúcar, la pizca de sal y la levadura seca. Haz un hueco en el centro y añade la cuajada, la leche tibia y la mantequilla. Mezcla los ingredientes con una cuchara de madera o con las manos hasta que comience a formarse una masa homogénea.
Pasa la masa a una superficie limpia y ligeramente enharinada. Amasa durante unos 10 minutos hasta obtener una textura suave y elástica. Este paso es crucial para activar la levadura y garantizar que los bollos queden esponjosos. Si la masa está demasiado pegajosa, puedes añadir un poco más de harina, pero sin excederte para evitar que los bollos queden secos.
Coloca la masa en un bol limpio y cúbrela con un paño húmedo o film transparente. Deja reposar en un lugar cálido durante 1 hora o hasta que doble su tamaño. Este tiempo de fermentación es esencial para lograr la textura ligera característica de estos bollos.
Una vez que la masa haya levado, divídela en porciones iguales, aproximadamente del tamaño de una pelota de ping-pong. Forma bollos redondos y colócalos en una bandeja para hornear forrada con papel vegetal, dejando espacio entre ellos para que puedan crecer durante el horneado.
Precalienta el horno a 180 °C. Deja reposar los bollos durante 15-20 minutos más para un segundo levado. Luego, hornea durante 15-20 minutos o hasta que estén ligeramente dorados en la superficie.
Retira los bollos del horno y déjalos enfriar completamente sobre una rejilla. Una vez fríos, espolvorea generosamente con azúcar glas, cubriéndolos por completo para lograr su apariencia característica.
Si deseas un toque diferente, puedes añadir ralladura de limón o naranja a la masa para un aroma cítrico. También puedes rellenar los bollos con mermelada, crema pastelera o incluso chocolate antes de hornearlos para un giro creativo. Para conservarlos frescos, guárdalos en un recipiente hermético a temperatura ambiente durante dos o tres días.
Los bollos de cuajada con azúcar glas son una opción irresistible para disfrutar en cualquier momento del día. Su textura esponjosa y su sabor delicado, combinado con la sencillez de su preparación, los convierten en una receta imprescindible para quienes aman la repostería casera. Anímate a prepararlos y sorprende a tu familia y amigos con un postre que refleja el encanto de la tradición. Explora más recetas dulces en nuestro sitio y comparte tus resultados. ¡Buen provecho!