El flan casero es un clásico de la repostería que conquista con su textura suave, sabor dulce y caramelo irresistible. Este postre, de origen español y popular en toda Latinoamérica, es ideal para cualquier ocasión, desde reuniones familiares hasta un capricho personal. Con ingredientes simples y pasos fáciles de seguir, esta receta te permitirá disfrutar de un flan perfecto, cremoso y con un toque personal si decides incorporar queso crema o media crema.
Precalentar el horno:
Precalienta el horno a 175 °C para que esté listo cuando prepares el flan.
Preparar el caramelo:
Coloca las 6 cucharadas de azúcar en una ollita a fuego medio. Cocina sin remover hasta que el azúcar se derrita y adquiera un color dorado intenso. Inclina la ollita suavemente para que el caramelo se derrita de manera uniforme, pero evita usar utensilios para revolver, ya que esto puede cristalizar el azúcar.
Vierte el caramelo caliente sobre el fondo de un molde para flan. Inclina el molde con cuidado para que el caramelo cubra toda la base. Deja que se enfríe y se endurezca mientras preparas la mezcla del flan.
Preparar la mezcla del flan:
En una licuadora, combina la leche evaporada, la leche condensada, los huevos, el extracto de vainilla y la canela en polvo, si la utilizas. Si deseas un flan más cremoso, añade la media crema y el queso crema. Licúa hasta obtener una mezcla suave y homogénea, sin grumos.
Montar el baño María:
Vierte la mezcla del flan en el molde con el caramelo endurecido. Coloca el molde dentro de un recipiente más grande y añade agua caliente en el recipiente exterior, creando un baño María. Asegúrate de que el agua no entre en el molde del flan.
Hornear el flan:
Cubre el molde del flan con papel aluminio para evitar que se dore demasiado. Hornea a 170 °C durante aproximadamente 45 minutos. Verifica la cocción insertando un cuchillo en el centro; si sale limpio, el flan está listo. Para un toque dorado, retira el papel aluminio y hornea por 10 minutos adicionales.
Enfriar y servir:
Retira el molde del baño María y deja que el flan se enfríe a temperatura ambiente. Luego, refrigéralo durante al menos 2 horas o hasta que esté completamente frío. Para desmoldarlo, pasa un cuchillo por los bordes y voltea el flan sobre un plato grande.
Si deseas un flan más decorativo, espolvorea ralladura de naranja o limón antes de servir. También puedes acompañarlo con frutas frescas o una cucharada de crema batida para darle un toque especial.
Este flan casero clásico es un postre que combina tradición y sabor en cada bocado. Su textura cremosa y su dulce caramelo hacen que sea irresistible para cualquier ocasión. Descubre más recetas en nuestro sitio y sorprende a tus seres queridos con nuevas creaciones culinarias. ¡Comparte esta receta con amigos y familiares y disfruten juntos de esta delicia atemporal!