Descripción

Los Chiles Rellenos son un clásico de la cocina mexicana, llenos de sabor y tradición. Este platillo combina la textura ahumada de los chiles poblanos con deliciosos rellenos de picadillo o queso, todo bañado en una salsa de tomate casera y cubierto con un capeado esponjoso. Perfectos para compartir en cualquier ocasión especial o como un platillo principal memorable.

Ingredientes

• Para los Chiles:
• 6 chiles poblanos de tamaño mediano
• 3 tazas de picadillo de carne o 1/2 kilo de queso (en trozos o rebanadas)
• 1/4 de taza de harina de trigo
• 5 huevos
• 1/2 litro de aceite
• Para la Salsa de Tomate:
• 1 kilo de tomate rojo
• 1/2 cebolla chica
• 2 dientes de ajo
• 2 hojas de laurel
• 1 clavo
• 3 tazas de caldo de pollo, de res, de puerco o agua
• Sal al gusto

Modo de preparación

Prepara el Relleno:
Si decides rellenar los chiles con picadillo, prepáralo según tu receta básica. Para un toque dulce, añade 1/2 taza de pasas y 1/4 de taza de almendra picada mientras cocinas el picadillo. Si prefieres queso, corta el queso en trozos o rebanadas adecuadas para rellenar.

Asa y Prepara los Chiles:
Lava los chiles poblanos con agua fría y sécalos. Ásalos directamente sobre el fuego o en un comal, girándolos constantemente hasta que la piel esté negra y ampollada. Colócalos en una bolsa de plástico cerrada y déjalos "sudar" durante 20 minutos.

Una vez fríos, retira con cuidado la piel quemada. Haz un corte a lo largo de cada chile para quitar las semillas y las venas, sin abrirlos demasiado. Forma una "bolsa" con el chile y rellénalo con el picadillo o queso, asegurándote de no sobrecargar. Cierra los chiles con palillos para mantener el relleno en su lugar.

Prepara la Salsa de Tomate:
Licúa los tomates, la cebolla, los ajos y 1 taza de agua hasta obtener una mezcla uniforme. En un sartén grande, calienta aceite a fuego medio. Coloca un colador sobre el sartén y vierte la mezcla licuada, dejando que el líquido caiga al aceite caliente. Fríe la salsa durante 10 minutos hasta que espese ligeramente. Añade 2 tazas de caldo o agua adicional, las hojas de laurel, el clavo y sal al gusto. Cocina a fuego lento hasta que la salsa alcance una consistencia espesa.

Prepara el Capeado:
Separa las claras y las yemas de los huevos. Bate las claras con una pizca de sal hasta que estén a punto de nieve. Incorpora las yemas una a una, batiendo solo hasta combinar.

Espolvorea ligeramente los chiles con harina, cubriéndolos de manera uniforme. Sumerge cada chile en la mezcla de huevo, asegurándote de que esté completamente cubierto.

Fríe los Chiles:
Calienta aceite en un sartén profundo. Fríe los chiles rellenos de uno en uno o de dos en dos, girándolos con cuidado hasta que el capeado esté dorado y crujiente. Retíralos y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.

Sirve:
Coloca los chiles rellenos en un plato y báñalos con la salsa de tomate caliente. Acompaña con arroz blanco o frijoles para un platillo completo.

Consejos y Conclusión

Relleno Vegetariano: Sustituye el picadillo o el queso por champiñones salteados o quinoa con especias.

Sin Capeado: Si prefieres una versión ligera, omite el capeado y fríe los chiles directamente.

Sabor Extra: Añade una pizca de comino o canela a la salsa para un toque aromático.

Los Chiles Rellenos son una muestra del sabor y la tradición de la cocina mexicana. Con su relleno jugoso, la salsa especiada y el capeado esponjoso, este platillo es un éxito garantizado en la mesa. Anímate a prepararlos y disfruta del placer de cocinar y compartir un clásico lleno de historia y sabor. ¡Buen provecho!