Las natillas de chocolate son un postre clásico que nunca pasa de moda. Esta versión casera destaca por su suavidad y ligereza, ya que no utiliza huevo, lo que las hace más fáciles de digerir. Con un rico sabor a cacao puro y una textura cremosa, son ideales para cualquier ocasión. Además, su preparación rápida y sencilla las convierte en una receta perfecta incluso para quienes no tienen mucha experiencia en la cocina.
Servidas en vasitos individuales y decoradas con nata montada o virutas de chocolate, estas natillas son una delicia que encantará tanto a niños como a adultos.
Para empezar, disuelve la maicena en un poco de leche fría en un vaso. Remueve bien con una cuchara hasta que no queden grumos y obtengas una mezcla uniforme. Este paso es clave para que las natillas queden suaves y sin grumos.
En un cazo grande, combina la nata líquida, el resto de la leche, el cacao en polvo y el azúcar. Añade la mezcla de maicena que preparaste previamente, asegurándote de integrarla completamente.
Calienta el cazo a fuego medio y remueve continuamente con unas varillas para evitar que la mezcla se pegue al fondo. A medida que el líquido se caliente, notarás que empieza a espesar. Esto puede tardar entre 5 y 10 minutos, dependiendo de la potencia del fuego.
Cuando las natillas hayan adquirido una textura cremosa y ligeramente espesa, retíralas del fuego. Agrega el extracto de vainilla y mezcla bien para añadir un toque aromático.
Deja que la mezcla se enfríe unos minutos y luego distribúyela en vasitos de cristal o en recipientes individuales. Esto no solo hace que el postre sea más atractivo, sino que también facilita su presentación y servicio.
Si prefieres una versión más intensa, usa cacao con un 70% de pureza o más.
Estas natillas pueden personalizarse con un toque de licor, como un poco de amaretto o brandy, para ocasiones especiales.
Para una versión sin azúcar, puedes sustituir el azúcar por edulcorante apto para cocinar, ajustando la cantidad según tu gusto.
Las natillas de chocolate caseras son un postre sencillo, rápido y delicioso que nunca falla. Su textura cremosa y el sabor profundo del cacao las convierten en una opción perfecta para cualquier momento del día. Ya sea que las sirvas como postre tras una comida especial o como un capricho dulce, estas natillas conquistarán a todos.