El Pastel de Queso Japonés es famoso por su textura suave y aireada, similar a una nube. Ligero, esponjoso y con un toque de limón, este pastel es una delicia que encanta a todos, desde los más pequeños hasta los adultos. Si te gusta el cheesecake, este pastel te sorprenderá por su ligereza y sabor único. Perfecto para una merienda especial o para sorprender a tu familia con un postre diferente.
Precalienta el horno a 200°C, con calor arriba y abajo, sin ventilador. Engrasa un molde redondo con mantequilla y espolvorea un poco de harina para evitar que el pastel se pegue. Retira el exceso de harina y reserva.
En una cacerola grande, calienta agua hasta que esté a punto de hervir y apaga el fuego. Coloca un bol encima de la cacerola para mezclar la masa al baño María.
Añade la mantequilla y el queso crema en el bol y bate hasta que se integren por completo. Incorpora la mitad del azúcar, la leche y las yemas de huevo, batiendo bien después de cada adición. Agrega la sal y la ralladura de limón, mezclando hasta obtener una masa suave. Retira el bol de la cacerola.
Tamiza la harina junto con la maicena e incorpórala poco a poco a la mezcla de queso, batiendo hasta que quede homogénea.
Aparte, monta las claras de huevo a punto de nieve. Añade el zumo de limón y la otra mitad del azúcar glas, batiendo hasta obtener picos suaves y firmes.
Con movimientos envolventes, integra las claras montadas a la masa de queso en tres tandas, asegurándote de no perder el aire para mantener la textura esponjosa. Vierte la mezcla en el molde preparado, dejando al menos 2 centímetros libres hasta el borde.
Coloca el molde dentro de una fuente de horno más grande. Coloca un trapo en el fondo de la fuente para evitar que el molde se deslice y vierte agua caliente en la fuente hasta cubrir un tercio de la altura del molde.
Hornea al baño María a 200°C durante 18 minutos. Luego baja la temperatura a 160°C y hornea durante 15 minutos más. Apaga el horno y deja el pastel dentro, sin abrir la puerta, durante 30 minutos para que termine de cocinarse con el calor residual.
Finalmente, abre ligeramente la puerta del horno y deja enfriar el pastel lentamente. Una vez frío, desmolda con cuidado y disfruta de este delicioso pastel de queso japonés.
Si prefieres un toque más cítrico, añade una cucharadita extra de ralladura de limón a la masa.
Utiliza un molde desmontable para facilitar el desmoldado, pero asegúrate de envolver la base con papel aluminio para evitar que entre agua durante el baño María.
Guarda el pastel en la nevera y sírvelo frío para una textura aún más deliciosa.
El Pastel de Queso Japonés es una auténtica joya de la repostería internacional. Su textura ligera y sabor delicado lo convierten en el postre ideal para cualquier ocasión. Anímate a prepararlo y sorprende a todos con este postre esponjoso y único. ¡Te encantará!
¿Te ha gustado la receta? Descubre más ideas de postres internacionales en nuestro sitio y cuéntanos cómo te quedó. 😊🍋🍰