A veces, lo más simple es lo más delicioso. Estas galletas de harina, azúcar y manteca son prueba de ello. Con solo tres ingredientes básicos que seguramente ya tienes en tu cocina, puedes preparar unas galletas irresistibles en cuestión de minutos. Crujientes por fuera y suaves por dentro, son perfectas para acompañar un té o café, o simplemente como un capricho dulce en cualquier momento del día. Su preparación es rápida y no requiere habilidades complicadas, lo que las hace ideales tanto para principiantes como para quienes buscan una receta sencilla pero deliciosa
Paso 1: Preparar la manteca Comienza asegurándote de que la manteca esté a temperatura ambiente. Esto facilitará su manipulación y permitirá que se mezcle mejor con el azúcar. Si la manteca está demasiado fría, puedes ablandarla ligeramente en el microondas, pero sin derretirla completamente.
Paso 2: Mezclar la manteca y el azúcar En un bol grande, añade la manteca y el azúcar. Bate ambos ingredientes con una batidora eléctrica o con un batidor manual hasta obtener una mezcla cremosa y suave. Este paso es crucial para lograr que las galletas tengan una textura ligera y delicada.
Paso 3: Incorporar la harina Agrega la harina tamizada poco a poco a la mezcla de manteca y azúcar. Remueve bien hasta que se forme una masa homogénea. Puedes comenzar mezclando con una espátula y luego usar tus manos para amasar ligeramente, asegurándote de no trabajar demasiado la masa para que no quede dura.
Paso 4: Formar las galletas Precalienta el horno a 180°C. Toma pequeñas porciones de masa y dales forma de bolitas del tamaño de una nuez. Luego, aplana cada bolita con la palma de la mano o con la ayuda de un tenedor para darle una forma más plana y decorativa. Coloca las galletas en una bandeja de horno previamente cubierta con papel vegetal, dejando un poco de espacio entre ellas.
Paso 5: Hornear Lleva las galletas al horno precalentado y hornea durante unos 12-15 minutos, o hasta que los bordes comiencen a dorarse ligeramente. No esperes a que toda la galleta se dore, ya que deben mantenerse suaves por dentro.
Paso 6: Dejar enfriar Una vez listas, retira las galletas del horno y déjalas enfriar sobre una rejilla antes de servir. Aunque pueden parecer algo blandas al sacarlas del horno, se endurecerán a medida que se enfríen, logrando la textura perfecta
Bonus-Tip: Si deseas darle un toque especial a estas galletas tan sencillas, puedes añadir un poco de esencia de vainilla o ralladura de limón a la masa para darle un aroma más intenso. También puedes espolvorear azúcar glas sobre las galletas ya frías para un acabado más dulce y decorativo. Si te sientes creativo, prueba a sumergir una parte de las galletas en chocolate derretido y luego en coco rallado o almendras trituradas.
Conclusión: Estas galletas de harina, azúcar y manteca son el ejemplo perfecto de que no se necesitan muchos ingredientes ni técnicas complejas para lograr un resultado delicioso. Con una textura que se derrite en la boca y un sabor suave y reconfortante, son ideales para cualquier ocasión. Además, su sencillez las hace perfectas para preparar en compañía de niños o para cuando tienes poco tiempo pero ganas de algo dulce. Disfruta de esta receta clásica y verás cómo se convierte en un favorito en tu hogar. ¡Buen provecho!