Descripción

El helado de fresa con vainilla es una combinación clásica y deliciosa que te transporta directamente a un día soleado en el parque. La dulzura natural de las fresas frescas se equilibra perfectamente con el toque suave y aromático de la vainilla, mientras que la cremosidad de la natilla te da una textura suave y sedosa que derrite en la boca. Preparar este postre en casa no solo es una experiencia gratificante, sino que te permite disfrutar de un helado fresco y natural, libre de conservantes y colorantes artificiales. Ideal para compartir con la familia o simplemente darte un capricho después de una larga jornada.

Ingredientes

• 2 tazas de fresas frescas, sin tallo y cortadas
• 1 taza de azúcar granulada
• 1 vaina de vainilla, semillas raspadas
• 2 tazas de crema espesa
• 1 taza de leche entera
• 6 yemas de huevo grandes

Modo de preparación

Preparación de la mezcla de fresa: En una cacerola mediana, combina las fresas, el azúcar y las semillas de vainilla. Cocina a fuego medio, revolviendo ocasionalmente, hasta que las fresas estén suaves y el azúcar se haya disuelto completamente. Este proceso liberará el jugo natural de las fresas y ayudará a concentrar sus sabores. Una vez listas, retira la mezcla del fuego y deja que se enfríe completamente. Este paso es crucial para evitar que el helado se derrita rápidamente cuando lo mezcles.

Preparación de la base de natilla: En una cacerola aparte, calienta la crema espesa y la leche a fuego medio, hasta que comience a hervir suavemente (sin llegar a ebullición). Retira del fuego inmediatamente para evitar que se queme.

Batido de yemas: En un tazón grande, bate las yemas de huevo hasta que estén espumosas y ligeramente claras. Luego, vierte lentamente la mezcla caliente de crema en las yemas, batiendo constantemente para evitar que los huevos se cocinen. Este proceso crea una natilla rica que servirá como la base cremosa del helado.

Cocción de la natilla: Vuelve a verter la mezcla de yemas y crema en la cacerola. Cocina a fuego bajo, revolviendo constantemente con una espátula de madera, hasta que la natilla espese lo suficiente como para cubrir el dorso de la cuchara. Este es el punto donde la natilla alcanza su textura perfecta. No te apresures, ya que cocinarla lentamente garantiza una textura suave y sin grumos.

Enfriado de la natilla: Vierte la natilla en un tazón limpio y deja que se enfríe a temperatura ambiente. Luego, refrigera durante al menos 2 horas o hasta que esté completamente fría. Este paso es esencial para obtener una textura cremosa y uniforme en tu helado.

Mezcla en la máquina de helados: Una vez que la natilla esté fría, colócala en tu máquina de helados y sigue las instrucciones del fabricante. Este proceso generalmente toma alrededor de 20-30 minutos, dependiendo de tu máquina.

Adición de las fresas: En los últimos minutos de agitación, añade lentamente la mezcla de fresas enfriada. Esto distribuirá las fresas por todo el helado, creando remolinos dulces y coloridos.

Congelado final: Transfiere el helado a un contenedor hermético y congela durante al menos 4 horas o hasta que el helado esté firme. ¡Ya está listo para servir y disfrutar!

Consejos y Conclusión

Para un toque extra de frescura, puedes agregar un poco de jugo de limón a la mezcla de fresas. Esto resaltará aún más su sabor y añadirá una nota cítrica refrescante que complementa perfectamente la vainilla.

El helado de fresa con vainilla es más que un postre; es una experiencia sensorial que combina lo mejor de ambos mundos: el sabor dulce y afrutado de las fresas con la suavidad y el aroma envolvente de la vainilla. Cada bocado te transportará a un verano eterno, con la ventaja de haberlo preparado tú mismo. Con ingredientes frescos y naturales, este helado es la opción perfecta para consentir a tu familia y amigos. No dudes en personalizar la receta añadiendo trozos de chocolate, almendras o incluso una salsa de caramelo por encima. ¡El cielo es el límite cuando se trata de helado casero!