Descripción

El flan es un postre clásico que evoca memorias de la infancia y momentos especiales compartidos en familia. Este flan sin harina es particularmente increíble, ya que logra una textura cremosa y un sabor dulcemente irresistible, sin necesidad de ingredientes complicados. La combinación de leche condensada, huevos y leche se unifican para crear una mezcla deliciosa que al hornearse se transforma en una deliciosa joya que se derrite en la boca.

Esta receta de flan se adapta a diferentes ocasiones, siendo el cierre perfecto para una cena familiar o el postre ideal para una fiesta. Su preparación es bastante sencilla, lo que lo convierte en una excelente opción incluso para aquellos que están comenzando a explorar el mundo de la repostería.

El desafío más grande podría ser la técnica de desmoldar, pero el resultado vale la pena. ¡Ahora es el momento de sumergirse en la preparación de este delicioso flan!

Ingredientes

• 2 latas de leche condensada
• 2 tazas de leche
• 4 huevos
• 1 taza de azúcar
• 1/2 taza de agua

Modo de preparación

Para comenzar, haremos el almíbar, que es crucial para darle ese toque caramelizado y dulce que caracteriza al flan. En una olla, añade el azúcar y colócala a fuego lento. La paciencia es clave aquí, ya que debes esperar a que el azúcar se derrita lentamente. A medida que se va calentando, revuelve de vez en cuando para evitar que se queme. Una vez que el azúcar esté completamente derretido y tenga un color dorado intenso, añade el agua poco a poco. Al hacerlo, ten cuidado porque puede burbujear. Continúa removiendo mientras hierve para que se disuelvan cualquier terrón y obtengas una mezcla homogénea. Una vez listo, retira del fuego y empapa con este almíbar un recipiente apto para flan. Reserva y deja que se enfríe mientras preparas la mezcla del flan.

A continuación, es el turno de preparar la mezcla del flan. En una licuadora, combina las dos latas de leche condensada, las dos tazas de leche y los cuatro huevos. Es importante mezclar bien estos ingredientes hasta obtener una consistencia completamente homogénea. No escatimes en tiempo; esta mezcla debe ser bien batida para que el flan quede suave y cremoso. Una vez que la mezcla esté lista, viértela cuidadosamente en el recipiente que preparaste previamente con el almíbar.

Ahora, es momento de hornear. Precalienta el horno a una temperatura media. Coloca el flan en el horno y déjalo cocer durante aproximadamente una hora y veinte minutos. La magia sucede durante este tiempo, ya que la mezcla se cocina lentamente, transformándose en un flan firme y delicioso.

Una vez que el tiempo de cocción haya terminado, saca el flan del horno. Aquí es fundamental dejar que se enfríe a temperatura ambiente antes de pasarlo al refrigerador. El flan deben refrigerarlo por un mínimo de ocho horas para obtener la mejor textura. Cuanto más tiempo esté enfriando, más firme se volverá.

Cuando llegue el momento de servir, asegúrate de que el flan esté bien helado. Usualmente, se desmolda con un ligero golpe para conseguir que se deslice sobre un plato. Verás que al desmoldar, el almíbar formará una deliciosa capa caramelizada que complementará perfectamente la cremosidad del flan.

Consejos y Conclusión

Una de las claves para un flan perfecto es el tiempo de cocción. Debe cocinarse a la perfección para evitar que esté demasiado blando o que se reseque. Si deseas añadir un toque personal, puedes experimentar con diferentes sabores; un poco de esencia de vainilla o ralladura de limón puede hacer maravillas en el sabor del flan.

Para servir, considera acompañarlo con un poco de crema o fruta fresca como fresas o frambuesas que complementen su dulzura.
El flan sin harina es, sin duda, un clásico que nunca pasa de moda. Es un postre que puede disfrutarse en cualquier momento, desde una celebración especial hasta un antojo durante un día normal. La simplicidad de sus ingredientes, combinada con su sabor inigualable, lo convierte en una opción ideal y, lo más importante, un deleite para todos. Cada bocado de flan proporciona una explosión de dulzura y una textura cremosa que te hará querer más.

Ahora que conoces la receta, ¡es hora de ponerla en práctica y disfrutar de este maravilloso postre!