Esta receta es ideal para quienes buscan un plato práctico pero con un toque de sofisticación. Las pechugas de pollo se preparan con una salsa cremosa especial que combina el frescor del limón con la profundidad del ajo. Este plato es perfecto para un almuerzo o cena familiar, donde quieres sorprender con una comida ligera y llena de sabor. Con ingredientes simples y una preparación fácil, esta receta promete entregar una experiencia deliciosa con un aroma irresistible.
Comienza haciendo cortes superficiales en la parte superior de dos pechugas de pollo. Estos cortes permiten que el condimento penetre mejor y que la salsa impregne más profundamente, realzando el sabor.
Sazona las pechugas de pollo con una pizca de sal y pimienta, frotando bien para asegurar que la carne absorba el condimento.
Machaca dos dientes de ajo y reserva. Este ajo se usará para dar el sabor inicial al pollo mientras se dora en la sartén.
Pica una cebolla en trozos pequeños y también las hierbas frescas. Estos ingredientes darán un toque fresco al plato, equilibrando la cremosidad de la salsa.
Pica finamente los otros seis dientes de ajo. Este ajo extra se añadirá a la salsa, creando una base de sabor profunda y deliciosa.
En una sartén grande, calienta un chorrito de aceite de oliva y añade una cucharada de mantequilla. El aceite de oliva evita que la mantequilla se queme mientras añade un sabor especial al pollo.
Agrega el ajo machacado a la sartén y sofríelo hasta que libere su aroma. Luego, añade las pechugas de pollo y deja que se doren bien por ambos lados. Este proceso sella la carne, manteniéndola jugosa por dentro. Una vez que el pollo esté dorado, retíralo de la sartén y resérvalo en un plato.
En la misma sartén, agrega otra cucharada de mantequilla y la cebolla picada. Sofríe hasta que la cebolla se vuelva translúcida, aproximadamente 3 minutos. Luego, añade el ajo picado y revuelve brevemente para liberar su aroma sin que se queme.
Desmenuza el cubo de caldo de pollo sobre la mezcla en la sartén y añade el jugo de medio limón. El caldo intensifica el sabor de la salsa, mientras que el limón agrega una acidez fresca que equilibra la crema.
Vierte 200 ml de crema de leche en la sartén, revolviendo hasta obtener una salsa homogénea y cremosa. Añade una pizca de sal y ajusta el condimento al gusto. Deja que la salsa cocine a fuego bajo hasta que espese un poco.
Coloca las pechugas de pollo de vuelta en la sartén, asegurándote de que queden bien cubiertas por la salsa. Déjalas cocinar unos minutos para que la carne absorba el sabor de la salsa cremosa.
Prueba la salsa y ajusta la sal si es necesario. Este paso final es esencial para garantizar que la salsa tenga un sabor equilibrado, combinando cremosidad, acidez y el toque del ajo.
Apaga el fuego y espolvorea hierbas frescas por encima del plato. Esto añade un toque de color y frescura a la presentación, complementando perfectamente el sabor del limón.
Para un sabor aún más intenso y una textura jugosa, deja las pechugas de pollo marinando durante al menos 30 minutos con sal, pimienta y ajo machacado antes de empezar la receta. Esto ayuda a intensificar el sabor de la carne. Además, para un toque especial, termina el plato en el horno a temperatura alta durante unos minutos, creando una capa ligeramente dorada y crujiente en la superficie del pollo.
Esta receta de pollo cremoso con limón y ajo es práctica y sofisticada, segura de deleitar a todos en la mesa. La combinación de limón fresco con ajo y crema resulta en una salsa suave y aromática que envuelve perfectamente el pollo. Ideal para servir con arroz blanco, papas asadas o una ensalada verde, este plato convierte una comida cotidiana en una experiencia especial. Prueba esta receta para sorprender a tus seres queridos con simplicidad y sabor, convirtiendo este pollo cremoso en un nuevo clásico en tu cocina.