Las galletas de la abuela son un clásico que nunca pasa de moda. Su sabor suave y su textura perfecta las convierten en el acompañamiento ideal para un café, té o simplemente un momento de nostalgia. Con esta receta sencilla, disfrutarás de un pedacito de tradición casera en cada bocado.
1. Mezclar los ingredientes secos:
En un bol, combina la harina, la levadura en polvo y la sal. Mezcla bien y reserva.
2. Preparar la base de la masa:
En otro recipiente grande, coloca la mantequilla a temperatura ambiente y bátela con una batidora o varillas manuales hasta obtener una textura cremosa. Añade la leche condensada poco a poco mientras sigues batiendo, hasta que se integre por completo.
3. Incorporar los ingredientes húmedos:
Agrega los huevos previamente batidos y el extracto de vainilla a la mezcla de mantequilla y leche condensada. Sigue batiendo hasta obtener una mezcla homogénea.
4. Añadir los ingredientes secos:
Incorpora la mezcla de harina poco a poco, batiendo o mezclando con una espátula hasta que no queden grumos. La masa debe ser suave y manejable.
5. Refrigerar la masa:
Divide la masa en tres porciones y forma bolas. Envuélvelas en papel de aluminio o film plástico y colócalas en el congelador durante 20 minutos. Esto facilitará el manejo de la masa al estirarla.
6. Precalentar el horno:
Precalienta el horno a 200 ºC, con calor arriba y abajo.
7. Estirar y cortar las galletas:
Enharina ligeramente la superficie de trabajo y estira cada bola de masa con un rodillo, hasta obtener un grosor de unos 3 mm. Usa cortadores de galletas con formas divertidas o simplemente un vaso para darles forma.
8. Hornear las galletas:
Coloca las galletas en una bandeja de horno forrada con papel vegetal, dejando espacio entre ellas para que no se peguen al expandirse. Hornea durante 15-20 minutos, o hasta que los bordes comiencen a dorarse ligeramente.
9. Enfriar y disfrutar:
Saca la bandeja del horno y deja que las galletas se enfríen completamente sobre una rejilla. Una vez frías, estarán listas para disfrutar.
Para personalizar estas galletas, puedes añadir chispas de chocolate, frutos secos o ralladura de limón o naranja a la masa antes de hornear. Si quieres decorarlas, espolvorea azúcar glas por encima o cúbrelas con un glaseado sencillo.
Las galletas de la abuela son mucho más que un postre; son un vínculo con recuerdos de infancia y momentos felices. Su sabor tradicional y su preparación sencilla las convierten en una receta imprescindible para cualquier hogar. Ya sea para un día especial o simplemente para consentirte, estas galletas siempre serán un acierto. ¡Anímate a prepararlas y llena tu casa con su delicioso aroma!