El flan casero de dulce de leche es un postre icónico que combina la cremosidad del flan tradicional con el dulce sabor del dulce de leche. Esta receta, ideal para cualquier ocasión, es sencilla de preparar y garantiza impresionar a tus invitados. Con su textura suave y su irresistible caramelo, este flan se convertirá en un favorito en tu hogar
Preparar el caramelo:
En una cacerola pequeña a fuego medio, combina el azúcar con el agua. Cocina sin revolver hasta que el azúcar se disuelva y la mezcla tome un color dorado profundo. Asegúrate de no quemar el caramelo para evitar un sabor amargo.
Vierte el caramelo inmediatamente en un molde para flan, cubriendo uniformemente el fondo y los lados del molde girándolo con cuidado. Reserva y deja enfriar para que se endurezca.
Preparar la mezcla del flan:
En un bol grande, bate ligeramente los huevos hasta que estén bien integrados. Añade la leche condensada, el dulce de leche y la leche entera. Mezcla hasta obtener una consistencia homogénea.
Agrega la esencia de vainilla y revuelve nuevamente para combinar todos los sabores.
Montar y hornear el flan:
Vierte la mezcla del flan sobre el molde acaramelado, utilizando un colador si es necesario para evitar grumos y obtener una textura más fina.
Coloca el molde en una bandeja para horno con bordes altos y vierte agua caliente en la bandeja hasta cubrir la mitad del molde, creando un baño maría.
Lleva al horno precalentado a 160 °C y hornea durante aproximadamente 1 hora o hasta que el flan esté firme al tacto. Puedes verificar insertando un palillo en el centro; si sale limpio, el flan está listo.
Enfriar y desmoldar:
Retira el molde del baño maría y deja enfriar a temperatura ambiente. Luego, refrigera durante al menos 4 horas, preferiblemente toda la noche, para que el flan tome su forma y sabor definitivo.
Para desmoldar, pasa un cuchillo delgado por los bordes del molde para despegar el flan. Coloca un plato grande sobre el molde y voltea con cuidado para liberar el flan.
Consejos:
Si prefieres un sabor más intenso, usa leche evaporada en lugar de leche entera.
Puedes decorar el flan con crema batida, frutas frescas o más dulce de leche al servir.
Para un caramelo más aromático, añade unas gotas de jugo de limón mientras se cocina.
Conclusión:
El flan casero de dulce de leche no solo es un postre delicioso, sino también un homenaje a las tradiciones culinarias que nos conectan con momentos especiales. Su equilibrio entre lo dulce y lo cremoso lo hace perfecto para cualquier celebración. Acompáñalo con café o té y comparte esta experiencia única con tus seres queridos. ¡Anímate a prepararlo y sorprende a todos con este clásico irresistible!