Las patatas fritas son la guarnición perfecta para casi cualquier plato. Su combinación de una textura crujiente por fuera y un interior suave las convierte en un éxito entre niños y adultos. Con unos sencillos trucos, puedes preparar en casa unas patatas fritas muy crujientes, dignas de los mejores restaurantes. ¡Descubre cómo hacerlo!
Preparar las patatas:
Pela las patatas y córtalas en bastones del grosor que prefieras. Para retirar el exceso de almidón, coloca las patatas en una olla con agua hirviendo. Añade sal y una cucharada de vinagre por litro de agua. Cocina las patatas durante 10 minutos, asegurándote de que no se deshagan.
Escurrir y secar:
Una vez cocidas, escurre las patatas en un colador y sécalas completamente con papel de cocina. Este paso es clave para que queden más firmes y con un color amarillo uniforme. Deja que se enfríen sobre el papel de cocina mientras preparas el aceite para freírlas.
Primer truco: Doble fritura:
Calienta abundante aceite de oliva suave en una sartén o freidora a 200º C. Cuando el aceite alcance la temperatura, introduce las patatas y fríelas durante 50 segundos, moviéndolas de vez en cuando. Retíralas con una espumadera y colócalas en una bandeja forrada con papel de cocina. Deja que se enfríen durante media hora. (Opcional: Si deseas, puedes congelarlas entre la primera y la segunda fritura para un extra de crujiente.)
Segunda fritura:
Vuelve a calentar el aceite a 200º C. Introduce las patatas nuevamente y fréelas durante tres minutos y medio, o hasta que estén doradas y crujientes. Retíralas con una espumadera y colócalas sobre papel de cocina para absorber el exceso de aceite.
Servir:
Espolvorea sal al gusto y sirve las patatas inmediatamente. Asegúrate de consumirlas antes de que se enfríen para disfrutar de su máxima textura crujiente. ¡Deliciosas!
Variedad de cortes: Puedes cortar las patatas en bastones finos para obtener unas papas estilo "french fries" o en gajos para un estilo rústico.
Aceite adecuado: Utiliza aceite de oliva suave o aceite vegetal neutro para que el sabor no sea demasiado intenso.
Acompañamientos: Sirve con ketchup, mayonesa casera, o tu salsa favorita.
Conservación: Si no consumes todas las patatas al momento, puedes recalentarlas en el horno a 200º C para recuperar algo de su textura crujiente.
Con estos trucos sencillos, tus patatas fritas serán las más crujientes y deliciosas que hayas probado. Perfectas como guarnición o snack, este clásico nunca pasa de moda. ¡Prepáralas hoy y disfruta del sabor casero! 🥔✨