Esta receta es ideal para quienes buscan un plato práctico, lleno de sabor y que complace a todos, incluso a aquellos que generalmente no son fanáticos del pollo. Con una combinación de especias aromáticas, vegetales frescos y una capa de queso fundido, este plato reúne pechugas de pollo marinadas y tiernas con los vibrantes sabores del tomate y la cebolla. Ya sea para un almuerzo especial en familia o para una cena rápida durante la semana, esta receta seguramente conquistará a todos en la mesa. ¡Vamos a prepararla!
Empieza haciendo pequeños cortes en las pechugas de pollo. Estos cortes permitirán que la marinada penetre mejor en la carne, intensificando el sabor y haciendo que el pollo sea aún más jugoso.
Corta la cebolla morada en rodajas finas. La cebolla morada aporta un toque dulce al plato, equilibrando la acidez del tomate y el sabor fuerte de la salsa de soja.
Corta los tomates en rodajas. Los tomates mantendrán el pollo húmedo durante la cocción y agregarán un toque de frescura y color.
En un recipiente, mezcla el aceite de oliva con la salsa de soja. El aceite de oliva suaviza el pollo, mientras que la salsa de soja aporta un sabor umami y ligeramente dulce a la marinada.
Sazona la mezcla con sal, pimienta, una buena cantidad de chimichurri y los dientes de ajo picados. Estos condimentos agregarán profundidad y aroma a la marinada.
Mezcla bien para que todos los ingredientes se integren. Coloca las pechugas de pollo en la marinada y déjalas reposar durante al menos 30 minutos. Este tiempo es esencial para que el pollo absorba todos los sabores.
En una fuente para horno grande, extiende las rodajas de cebolla como base. Esto liberará un aroma delicioso al hornearse y mezclará su sabor con los jugos del pollo.
Agrega las rodajas de tomate sobre la capa de cebolla. Esto asegurará que el pollo permanezca jugoso y tierno durante la cocción.
Coloca las pechugas de pollo marinadas sobre las capas de cebolla y tomate. Vierte la marinada restante sobre el pollo y los vegetales para aprovechar todo el sabor.
Distribuye el queso mozzarella sobre el pollo. El queso se derretirá en el horno, formando una capa cremosa y dorada que hará que el plato sea aún más delicioso.
Lleva al horno precalentado a 180°C (350°F) y hornea durante unos 30–40 minutos, o hasta que el pollo esté bien cocido y el queso esté derretido y ligeramente dorado.
Para hacer el plato aún más especial, puedes añadir rodajas de patata en la fuente antes de colocar el pollo. Las patatas absorberán toda la marinada y quedarán deliciosas horneadas junto con los otros ingredientes.
Este plato de pollo es una explosión de sabores y texturas. La marinada con salsa de soja le da un toque especial, mientras que el queso derretido y los vegetales crean un plato irresistible. Incluso quienes no son grandes fanáticos del pollo se sorprenderán de lo delicioso que resulta. Acompáñalo con una ensalada verde o arroz blanco y disfruta de una comida que complace a todos los gustos. ¡Buen provecho!