Este postre combina sabores clásicos y una textura increíblemente suave que cautiva desde el primer bocado. Ideal para cualquier ocasión, es perfecto tanto para principiantes como para expertos en la cocina que buscan una receta rápida, fácil y con resultados espectaculares. Su combinación de ingredientes básicos resulta en una delicia cremosa y tentadora. ¡Una opción excelente para compartir en familia o sorprender a tus invitados!
Preparar el caramelo:
En una sartén pequeña, coloca el azúcar y el agua a fuego medio. Revuelve suavemente hasta que el azúcar se disuelva completamente y empiece a tomar un color dorado intenso. Este proceso tarda alrededor de 5 minutos.
Tan pronto como el caramelo adquiera un tono ámbar profundo, retíralo del fuego y viértelo rápidamente en el fondo de un molde para flan o en moldes individuales. Inclina el molde para que el caramelo cubra uniformemente la base. Deja enfriar mientras preparas la mezcla del flan.
Preparar la mezcla del flan:
En un bol grande, bate los huevos hasta que estén completamente mezclados. Añade la leche y el azúcar, y bate nuevamente hasta obtener una mezcla uniforme. Para un toque extra de sabor, puedes añadir una cucharadita de extracto de vainilla.
Vierte la mezcla de flan en el molde sobre el caramelo enfriado.
Cocción:
Precalienta el horno a 180°C (350°F). Coloca el molde en una bandeja más grande con agua caliente para cocinarlo a baño maría. Esto garantiza que el flan adquiera su textura cremosa característica.
Hornea durante 45-50 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio. Retira del horno y deja enfriar a temperatura ambiente antes de refrigerar durante al menos 4 horas
Dica:
Para un sabor más intenso, prueba añadir una pizca de canela o ralladura de limón a la mezcla del flan.
Si prefieres una presentación elegante, decora con frutas frescas como fresas o rodajas de naranja al momento de servir.
Este postre puede prepararse con un día de anticipación, lo que lo convierte en una opción ideal para reuniones o cenas especiales.
Conclusión:
Este postre es un verdadero deleite que combina tradición y simplicidad. Su caramelo dulce y la textura suave y cremosa del flan hacen que sea una receta irresistible para cualquier ocasión. Ya sea que lo disfrutes como un capricho personal o lo prepares para compartir, es seguro que todos pedirán repetir.
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